Bien. Llego ya a la última entrada de blog del año y me toca hacer una reflexión de lo que ha sido este 2015. Como sé que a la mayoría de las personas que pueden llegar a leer esto les puede aburrir, procuraré ser ligerito y resumirlo todo a grandes rasgos.
Este ha sido un año de acabar cosas y empezar otras. Un año de cambio, y todo hace pensar que el que viene también lo será.
He conocido a muchísima gente genial y especial que me han aportado muchísimas cosas.
He conocido otras personas no tan especiales que también me han enriquecido mucho, porque de errores también se aprende.
He trabajado y he estudiado, cosa que no podía decir hace casi 5 años, cuando no trabajaba ni estudiaba.
He empezado nuevos proyectos y he continuado con otros. Algunos los he dejado aparcados porque no es bueno seguir con algo que no te motiva y hacerlo forzado. Las cosas hay que hacerlas porque a uno le gusta hacerlas, y esa es la única manera de ser feliz en la vida.
He echado mucho de menos a algunas personas que ya no están, pero que siempre estarán. Y entender esto último no es fácil, porque estamos acostumbrados a confiar en lo que vemos, y parece que cuando dejamos de ver a alguien, dejemos de confiar en sus pensamientos. Una persona a fin de cuentas cuando muere, deja sus acciones y sus conversaciones atrás, y mientras eso siga vivo, la persona seguirá con vida.
En este 2015 he aprendido mucho, y creo que eso es lo más valioso que puedo recordar de haber conseguido este año. El dinero y el poder son meramente anecdótico si con ello no aprendes nada que puedas aplicar en el futuro.
Además, en este 2015 he tenido la suerte de participar en organizaciones y movimientos sociales muy interesantes que sin duda me han aportado algo como persona, y agradecido me siento obviamente.
Otra cosa que achaco al 2015 es el haber aprendido a decir “no”, y comprender que la dignidad de las personas es una de las cosas más valiosas que tenemos. Esto ya lo sabía, pero hasta que no lo aplicas en primera persona, se queda en mero conocimiento que sabes pero no comprendes.
Por último, en este 2015 he podido contar con mi familia y amigos, y creo que a fin de cuentas es de los que te acabas acordando cuando miras atrás. Como he dicho miles de veces, el ser humano es gregario por naturaleza, y sin los nuestros, no seríamos capaces de tirar adelante con tantos baches que tiene este pedregoso camino que es la vida. Gracias a todos ellos desde aquí. En 2016 seguiré siendo el pesado cansino que intentará haceros sonreír cuando menos ganas tengáis, y os cuente anécdotas inadecuadas en momentos impropios. Lo siento, soy así. No lo puedo evitar.
Y ya para acabar, he de decir que en estas fechas se acostumbra a hacer eso de los propósitos de año nuevo. Veréis, uno de los propósitos del año pasado era este blog. ¡Y como veis, con más de 30 entradas en 1 año, sin duda se puede decir que ha sido una misión cumplida!
Los otros propósitos… ya… tal.
Dicho esto, os deseo un 2016 lleno de salud, dinero y amor, y el que tenga esas 3 cosas, que me deje un comentario y... ¡que rule un poco anda! ¡Besis y os quiero, lectores!