Bien. Debo confesar que la parte del título “la falocracia
testicular” lo he puesto única y exclusivamente para ver cuánta gente entra en
esta entrada si pongo un título con contenido algo erótico. Llamadme bribón. Eso,
y un estudio sociológico que estoy llevando a cabo en la Universidad de
Harvard.
Bromas aparte, en las últimas semanas me he planteado
bastantes veces un hecho que en muchas ocasiones nos pasa desapercibido en nuestro
día a día, y es precisamente porque pasa desapercibido que pienso que merece
mención aquí, en el mejor blog de la historia de mi casa y puede que hasta de
mi bloque de pisos (sí, me he vuelto loco, la entrada de la semana pasada batió
todos los récords y estoy con el ego por las nubes).
¿Qué es verdad y qué no lo es? Esta misma pregunta se hizo
el filósofo René Descartes hace unos cuantos siglos ya, y ahora la repito yo
unos tantos siglos después como si no se hubiese conseguido respuesta alguna.
“Ahora ya te comparas con René Descartes. Omar, tu
prepotencia no conoce límite alguno”.
Nuestro amigo René propuso una hipótesis por la cual, un
genio maligno puede engañar a una persona con sus súper-poderes omniscientes y
omnipotentes para creer lo que él quiera cuando él lo quiera, pero que el hecho
de creer, conlleva que está pensando en algo, y si piensa, el ser humano es una
mente. De ahí el “pienso luego existo” que no era exactamente “existo”, sino “soy”,
pero bueno. Descartes lleva muerto ya sus años y no creo que se moleste por una
mala traducción.
A lo que iba. Nos inflan a información de todas partes.
Televisión, radio, Facebook, Twitter, Whatsapp, diarios de todo tipo de líneas editoriales,
discursos políticos con miras de futuras elecciones, y compañeros, conocidos o
amigos con interés en convencerte de algo. Así es el mundo, un montón de ideas
y sugerencias a tu cerebrito para pensar de una manera o de otra y no ir a un
lado o al otro. Matrix para los amigos.
“¡Qué friki! ¿Ahora nos dices que vivimos en Matrix? Lo que
faltaba. Yo entré aquí solo por el título porno…”
Matrix es una película en la que se muestra un mundo
dominado por las máquinas en el que los humanos sirven de sustento energético
de estas, y que para mantener el estatus quo, las maquinas engañan a los seres
humanos mediante sus débiles cerebros para que estos vivan en un sueño eterno
donde forman parte de una sociedad como la actual. Mmmm, vaya, me pregunto si
tendrían Twitter en esa sociedad…
El caso es que, lo bueno de estudiar filosofía en
bachillerato es que te hace replantearte muchas cosas y desconfiar de muchas
otras, aunque esto último no siempre te pone las cosas fáciles en la vida, pero
nadie dijo que el escepticismo fuese una vía fácil. Si para algo sirve el
escepticismo es para cambiar las cosas con las que todo el mundo se resigna porque
no se puede, y lo que no se puede cambiar, no se puede y no se puede y punto.
No se puede. ¿Por qué? Porque no.
“Bueno, creo que ha llegado el momento mágico en el que
acabas la entrada de blog con un párrafo que redondea todo el texto y nos haces
felices”.
Vivimos en la época de la comunicación y en cambio tanta
comunicación solo sirve para que sea mucho más fácil ser engañados por gente
que dice mirar por nuestro bien. Nos inundan de noticias, nos revientan la
cabeza de información, y nos cuelan sutilmente lo que nos afecta entre cosas
que ni nos van ni nos vienen.
Somos animales gregarios, y nos preocupa más el partido del
Barça en la Champions, que los refugiados sirios en los barrizales entre
plásticos. Hay un atentado en Francia y todo el mundo con la bandera de Francia
en el perfil de Facebook, hay un atentado con coche bomba en Turquía o Costa de
Marfil y nadie se entera de nada. Debieron repartir el carnet de “ser humano”
solo en algunos países.
Baja el precio de la gasolina y todos contentos, pero nadie
se preocupa del por qué. Luego nos sorprende que haya tanto yihadismo en
Europa, con lo guay que somos los europeos, suerte que el precio del petróleo sigue
bajando. Espera, no será que…
Se habla más de unos titiriteros que del fin de los desahucios,
de la incapacidad de formar gobierno que del fin del bipartidismo, y de lo mal
que tira los penaltis Messi, que del repunte de los partidos xenófobos en
Alemania.
Me pregunto si en la Europa de la Alemania Nazi tenían algún
entretenimiento que los distrajese mientras se cometía el holocausto.
Sí, definitivamente vivimos engañados por un genio maligno o
en Matrix.