Querida lectora o lector. Hablemos del ramadán. Ese mes en
el que todo musulmán o partícipe de la cultura musulmana se dedica a no comer
durante el día, para solo comer y beber durante la noche. Hablemos pues de
ello, porque este fin de semana se acaba.
Yo hago el ramadán...
"¡¡¡¡OOOOOOH, NO LO SABÍA, VAYA, ¿ASÍ QUE NO PUEDES COMER DURANTE EL DÍA? ¿NI TAMPOCO BEBER? ¡VAYA, QUE BESTIA! ¡YO NO PODRÍA! ¡ADEMÁS TAMPOCO PODÉIS FUMAR NI TAMPOCO FOLL..."
...y la verdad es que lo he hecho desde
hace muchos años, y la gente, como ha de ser, pregunta y hace juicios. No pasa
nada. Se acepta y se tira adelante. Como cuando tus dos apellidos son iguales y te preguntan si tus padres eran hermanos. Sí, esa pregunta se hace. Yo la he hecho.
Normalmente cuando alguien te pregunta si haces el ramadán,
primeramente, lo hace porque ha leído tu nombre (que muy occidental no será), y
también ha visto que tu aspecto o color de piel tampoco parece muy caucásico.
En mi caso es la primera opción, porque pese a que muy ario no soy, sí que soy bastante caucásico. Creo. ¿No? A veces me preguntan si soy argentino, otras si soy italiano, yo suelo presumir de ser medio etíope...
La pregunta suele ir dirigida primero, a descubrir si haces
el ramadán. Algo tan simple como “¿tú haces el ramadán?”. Y le respondes que
sí. Ningún problema. Todo el mundo tiene sus cosas. Todo correcto. Circulen. Hay a quien le gusta la
escalada, otros son más de lujos, yates y viajes exóticos, y a ti te da por no
comer durante el día, todo un mes. Cosas más raras se han visto en culturas del mundo. Los Masái saltando, los Mursi se ponen un plato en la boca, los turcos fingen golpes de estado...
La siguiente pregunta suele ir más encarada a la religión. O
te preguntan “¿eres musulmán?”, o bien “¿pero tú crees en dios?”. Está bien la
pregunta, sea cual sea de las dos. No voy a entrar a contestarla, porque me daría para un libro entero de revisión sobre el significado de la palabra "Dios", y suficiente hago esperando que alguien lea esta entrada entera. Ahora bien, quiero plantear algo diferente. ¿Qué
pasaría si celebrar la navidad estuviese estrechamente ligado siempre en
nuestra cultura actual, a los valores cristianos?
¿Os imagináis un mundo en el que solo se celebrasen cosas
con motivo de la religión? Perdón. Pregunta errónea. ¿Os imagináis un mundo en
pleno siglo XXI en el que solo se celebrasen las cosas con motivo de la
religión? (En un contexto occidental y de país desarrollado, yo sobre países en vías de desarrollo y con gobiernos tarados como Arabia Saudí o Qatar, no hablo, como mínimo en esta entrada).
Os voy a contar por qué yo hago el ramadán, y si eso dejáis
algún comentario de por qué vosotros celebráis la navidad, el hanukkah, o lo que
sea, para que nos entendamos todos y no acabemos en un conflicto bélico.
Para mí, el mes del ramadán es algo especial. Es duro,
ciertamente, pero más duro sería para mí, no hacerlo. Me explico. Durante el
ramadán pasas hambre y pasas sed, no fumas, no bebes y no mantienes relaciones
sexuales.
“Bueno, eso último no lo haces ni en ramadán ni el resto del año, listillo”.
El caso es que, para mí, es un mes en el que aprendes a
valorar más las cosas y a ver el mundo que te rodea de forma diferente.
Aprendes a disfrutar de los buenos momentos con los amigos, de la familia, de
las oportunidades que tienes, y de las que se dejan pasar. Aprendes que vivimos
en una sociedad que nos impide conseguir desarrollarnos completamente como
personas porque nos obliga a parecer guay para adaptarnos a ella. Y
también aprendes que en la vida uno se ha de valorar a sí mismo y a los demás
por encima de las cosas materiales. Aprendes a tolerar, y a tener paciencia. Y,
sobre todo, aprendes que hay soluciones para todo, salvo para aquellas cosas
que no tienen solución, como la muerte, o retroceder en el tiempo.
Más allá de la explicación teológica que pueda tener el
ramadán, en el siglo XXI concebirlo como tal, es como pensar que la navidad es
solo una fiesta religiosa, y que solo lo puede celebrar la gente que va a misa
los domingos.
Otra de las preguntas que suele hacer la gente cuando le
dices que haces el ramadán es “¿cómo aguantas todo el día?” y ahí viene uno de
los motivos para hacer el ramadán, y es que aunque yo haga el ramadán un mes al
año, hay millones de personas en el mundo contentándose con una sola comida al
día porque no se pueden permitir más, y sé que para muchos esto no son más que
palabras bonitas, pero es cierto, y desde nuestro punto de vista del primer mundo,
no somos capaces de ver incluso lo que pasa en nuestras propias ciudades.
"Uuuuh, demagogia detected".
Prueba de ello es la gente que pasa al lado de otra persona
tan humana como ella, y que se gana la vida buscando basura en el contenedor. Y
ese panorama lo vivimos cada día de nuestra vida, y de ser tan común ahora ya
pasa hasta desapercibido.
En definitiva, vivimos en un mundo lleno de injusticias, y
que yo me pase el día sin comer ni beber, no soluciona este problema, ni
tampoco lo empeora, pero a mí me ayuda a ser consciente de la situación que pasa
tanta gente, y a obrar luego de una manera determinada.
Sí, ya sabéis que soy muy idealista. Cosas mías.
Y el último motivo por el cual hago ramadán, es que, una vez que empiezas, dejarlo me dejaría en una posición de debilidad, y por tal de respetarme a mí mismo, he de ser capaz de acabar lo que empiezo, y en caso de dejarlo, que no sea por una escusa barata como "no tiene sentido hoy en día" o un "es más cómodo no hacerlo", porque en la vida la postura cómoda es la que siempre tenemos al alcance de la mano, pero la postura difícil, la que cuesta, es la que nos sirve para demostrarnos a nosotros mismos, que si creemos en nosotros, tendremos la voluntad para tirar adelante, sin importar las circunstancias.
Y ese último es mi principal razón para hacer ramadán.
Edición: Puede que bastante gente se sorprenda que yo haga el ramadán. Os juro que hacía tiempo que no veía a alguien alucinar tanto como cuando lo conté una vez en el hospital y una compañera me preguntó seriamente si era broma. El año que viene miraré de ponerme una banda en el brazo con una media luna que diga "estoy haciendo ramadán, no me alimentes", en una mezcla de letrero de zoo, y brazalete de nazis.