sábado, 24 de diciembre de 2016

Cuento de Navidad en cursiva.


“Hola, soy el señor (o señora, la verdad es que nunca me había planteado cuál era mi sexo) cursivo, la voz en cursiva que comenta las entradas del blog de Omar. Hoy, aprovechando las fechas y que él está por ahí, leyendo algún libro de chistes malos, os voy a contar un cuento.
Había una vez, en una ciudad muy muy lejana, un señor muy y muy huraño y cruel, al que le gustaba hacer humor negro y reírse de todo, además de restregarnos sus premios a todos por la cara, y poner verde a la gente que conocía en su blog sin que nadie se diese cuenta de nada. Su nombre era Omar, y tenía lo que él llamaba “Blog Políticamente Correcto”, (donde un servidor comentaba en cursiva lo que todo el mundo pensaba al leerlo).

Se acercaba Nochebuena y el déspota de Omar preparaba una entrada en la que, el muy canalla, iba a despotricar de alguna de las múltiples chicas que le dan calabazas al ver el ser vil que es en realidad. Además, iba a publicar en Facebook un resumen de los premios que había ganado este año, como si no los hubiese contado ya miles de veces el sinvergüenza.

Al señor Omar, sus amigos lo habían invitado a salir por ahí de fiesta esa noche, a lo que él, con toda su antipatía, les había dicho que no, con un sonoro “¡paparruchas!”. Para él, las navidades no eran más que una serie de días en las que El Corte Inglés y el Carrefour, se hacían su agosto particular entre compras y más compras. Ese maldito degenerado solo veía dinero donde los demás veían personas”.

Espera. ¿Soy yo ese?

“Vaya, esto no lo tenía calculado… ¡Omar, mira, te he comprado el último tomo de Ataque a los Titanes, donde se descubre la verdad del sótano de Eren!”.

¡Oh, genial! A ver que hay por aquí…

Perfecto, esto le distraerá mientras yo prosigo con la historia.

Ese ser vil, se iba a pasar la Nochebuena jugando al PC y leyendo cómics mientras comía turrones y carbón de azúcar. Pero como la diabetes es un castigo a largo plazo, algo estaban preparando los espíritus de las navidades pasadas, presentes y futuras para esa noche.

Tocaron las doce de la madrugada y por arte de birlí viroque, nuestro malhechor cayó derrotado sobre su cama mientras leía “El Principe” de Maquiavelo en formato manga (sí, porque le daba pereza leerlo en su versión normal).

Fue entonces cuando, desde una rendija de la ventana, entró un aire que se diferenciaba del resto de aires exteriores, por su calidez. Ese era el espíritu de las navidades pasadas, que dio unos toques en la espalda a Omar para despertarlo. Al romper el sueño, éste levantó la cabeza y vio un ser conocido para él, un amigo suyo para ser precisos. Pensó que estaba soñando, así que buscó algún tipo de arma, pero al no hallarla, el espíritu le espetó:

- Oye, Omar, bonito, que soy el espíritu de las navidades pasadas y vengo a llevarte al pasado para que veas cómo eras.

- Madre mía, qué sueño tan real. ¿Será de aquellos con stripers?

- ¡Ay mi madre! ¡Pero vístete, cerdo! – mientras el espíritu amigo le atizó con una sonora hostia.

- ¡Uh! Pues para ser un sueño, duele bastante…

- Calla que no tenemos todo el día… - y dicho esto, el espíritu amigo chasqueó sus dedos y en un abrir y cerrar de ojos se hallaron en la misma habitación, pero con las paredes limpias de posters, y el suelo sin basura.

- Ah, ya lo entiendo. Eres el espíritu de las navidades pasadas y vienes a llevarme al pasado.

- Eres más lento de lo que me habían dicho. Bueno. Calla, que ahí viene.

Los dos seres anacrónicos se callaron mientras miraban cómo entraba un niño a la habitación. Era Omar, con 9 años, entraba a su habitación después de llegar del colegio, y sin tiempo para nada, volvía a salir para ir a jugar.

-No veas, qué joven y gordo estaba – dijo el Omar del futuro al verse 16 años más joven – qué malos eran los Bollicaos.

- ¿No te das cuenta? – replicó el espíritu de las navidades pasadas – En esa época no tenías preocupación alguna, y simplemente estabas interesado en divertirte y jugar.

-Bueno, no exactamente espíritu – contestó Omar – En esa época había suspendido el examen de matemáticas de dividir con dos decimales y estaba preocupado por si mi madre se enteraba. Además, me había pasado la liga Pokémon y creo que nada me preocupaba más que eso.

- ¿Y acaso no eras un niño feliz? Vamos Omar, muéstrame algo de actitud para ver más allá de lo que ven tus ojos... – dijo el espíritu sonrojado al no esperarse esa respuesta.

- Bueno. Era gordo. Si te vale eso…

- Veo que no arreglaremos nada contigo macho, eres mal estudiante, mal amigo, mal hermano, mal hijo, mal enfermero y mal amante, y eso último ya lo demuestras en tu blog. Vamos, un desastre de persona. – dicho esto, el espíritu, con chasquido de dedos, hizo volver a ambos al presente – me largo, ya se las apañará contigo el espíritu de las navidades presentes, aunque ya te avanzo que no hay solución para lo tuyo más que aceptarte como eres – y tras decir esto, desapareció en la nada.

Omar, al creer que era todo un sueño, y al recordar la versión de “Cuento de Navidad” de Disney, no se extrañó en absoluto, y siguió durmiendo. Cosas de ser milenial.

Al poco rato un espíritu en forma de aire algo apestoso, entró por la ventana. Al olerlo, Omar despertó de inmediato, y al materializarse este, Omar le dijo:
-¿Eres el espíritu de las navidades presentes? Ya te podrías haber duchado antes de venir a trabajar, cacho de guarro. Por cierto, ¿por qué tienes la cara de mi primo Naufel?



- A ver. Pelo moreno, delgado, acné, mala leche… Tú debes ser Okar. Encantado. Quiero pensar que sí, soy el espíritu de las navidades presentes. A ver… en verdad me hace la misma gracia que a ti estar aquí, así que vayamos al tajo – y una vez dijo esto, tras hacer sonar su axila de forma horrenda y desagradable, se teletransportó a él y a Omar al hospital de Girona.

- Bueno, ¿qué te parece? ¿Sabes dónde estamos? – preguntó el espíritu.

- Sí, claro. Haciendo horas extra en el hospital. A ver, espíritu, he trabajado aquí, nada de lo que vea me va a hacer enternecer ni llorar. Me han dado tantas calabazas y he vivido tantas putadas que nada me puede deshelar el frío corazón que me ha dado esta dura vida.

- Quiero pensar que oui, bueno Okar, sígueme – dijo el espíritu mientras andaba por el pasillo del hospital en busca de una habitación.

Al llegar, el espíritu se sentó en la cama, y mientras miraba a la mujer que yacía en ella, le preguntó a Omar:
-¿Reconoces a esta mujer? Y no me refiero de alguna reyerta de las típicas tuyas que luego cuelgas en the hil of violence. Fue tu paciente.

-No sé, espíritu, he tenido tantos pacientes que no los recuerdo a todos. Ahora no me suena. De hecho, me cuesta pillarte las referencias. ¿De verdad no eres mi primo Naufel? – contestó Omar sin mostrar signos de emoción.

-Uy, pues esta señora sí te recuerda a ti, sí. En su último ingreso te preocupaste de hacerla reír cuando estaba pasando por un mal momento, eh, payasote, y en su alta, preguntó por ti. Ahora ha vuelto a ingresar y todo apunta a que será la última vez… - dijo el espíritu con voz temblorosa.

-Bueno espíritu, qué quieres que te diga, la gente vive y muere. La vida es así, ¿no viste mi magnífico discurso de graduación? – dijo Omar mientras buscaba su teléfono para enseñarle el vídeo de YouTube.

- Quiero pensar que sí. No te preocupes, ya leí la entrada de blog. O más bien las entradas de blog. Eres pesado para este tipo de cosas, pero no para las que lo deberías de ser. Ojalá dedicases el tiempo que dedicas al blog, a estudiar, seguir formándote, y trabajar para mejorar el sistema sanitario – dijo el espíritu con voz grave mientras se levantaba.

-¡Mira espíritu, demagogia aquí no, macho, que esto no es una liga de debate! – decía Omar mientras gesticulaba para mostrar su indignación.

- ¡Tú que siempre quisiste cambiar el mundo, ahora te dedicas a ofuscarte con tus fracasos y no eres capaz de tirar adelante para mejorar tu vida de una vez y por todas! ¡Solo sabes llorar en tu blog que no lee nadie, fardar de listillo, y esperas que la suerte te siga sonriendo como ha hecho siempre, sin mover un solo dedo! ¡Tuviste suerte en la carrera, en el máster, en las oposiciones, en el Skyrim, y así siempre, pero tu vida no deja de ser una basura porque no te esfuerzas en nada! – decía el espíritu indignado mientras todo lo que le rodeaba a él y a Omar se tornaba oscuro, tenebroso y rodeado de un humo negro - ¡Deja de meterte con los demás, y céntrate en hacer las cosas bien, esforzarte, y trabajar para no tener que depender de la suerte siempre!

- Mira espíritu, te me relajas, que te veo muy subidito. Además, la vida no es tan sencilla como la pintas. A veces, por mucho que te esfuerces, todo sale mal. Todo. – replicó Omar sin argumentos.

-Eres burro - dijo de forma tajante el espíritu.

-Bueno. ya empiezan los insultos... - contestó Omar. 

-No lo has entendido. Te contaré la historia del burro y el pozo - dijo el espíritu mientras se teletransportaron a una aldea - esta es la historia de un burro que en un desafortunado accidente, cayó en un pozo seco. El amo del burro, al ver que el pozo estaba seco y el burro era viejo, decidió llamar a sus vecinos para, entre todos, sepultar al burro y tapiar el pozo. Así pues, cada vecino llevó consigo una pala de sus respectivas casas, y una vez congregados, empezaron a cargar las palas y a tirar tierra al pozo. El burro que de dio cuenta de todo, empezó a llorar suplicando que no lo hiciesen, que él no merecía tan desafortunado destino, que suficiente carga era ser burro, como para caer en un pozo, y encima morir enterrado vivo. Los vecinos desoyendo las súplicas del burro, siguieron echando tierra, hasta que de pronto, el burro dejó de llorar. Los vecinos, sorprendidos, se miraron pensando que no habían echado suficiente tierra como para sepultar al burro, y a continuación, miraron dentro del pozo. Resultó que el burro había aprendido a deslizar la tierra que le caía encima, por su lomo, y a pisar los montones que le tiraban. De este modo, el nivel del suelo fue subiendo, y el burro consiguió salir del pozo por su propio pie, gracias a la tierra que le habían tirado para acabar con su vida - concluyó el espíritu.

-Bueno. Muy bonito lo pintas, pero eres solo un espíritu y no sabes por lo que paso yo - reiteró Omar.

-¡Te voy a decir una cosa Omar, porque me estás cabreando ya con tus tonterías! – contestó el espíritu sin prácticamente dejar a nuestro protagonista acabar - ¡Todo lo que tienes, no lo aprecias y no lo mereces! ¡Gente con menos cosas que tú, aprecia lo que tiene y sabe disfrutarlo! ¡Deja esa mentalidad de perdedor y aprende a aceptarte tal y como eres!

Tras decir esto, el espíritu hizo el mismo sonido desagradable con la axila, y en un instante, Omar se encontraba en su cama como si nada hubiese pasado.

-Me habré quedado dormido otra vez. Qué sueños tan raros… Puto Disney, cómo juega con mi mente…

Dicho esto, Omar volvió a cerrar los ojos y a quedarse dormido.

Al cabo de unos minutos, un aire gélido entró por una pequeña rendija de la ventana. Este aire circuló por la habitación y se materializó en el borde de la cama de Omar, en forma de una joven muchacha. Al notar los pies fríos, Omar se despertó para intentarse abrigar pensando que, con tanto teletransporte, se habría caído la manta. Al levantar la cabeza y ver a la chica gélida, casi le dio un soponcio.

-¡Vamos, no me jodas! ¿Otro espíritu? ¡Ya podríais haber venido todos a la vez y dejarme dormir tranquilo, hostias! ¡Esto de dormir a trompicones debe producir cáncer cuanto menos! – refirió Omar a la joven.

Al girarse la muchacha con una sonrisa, Omar se estremeció. Esa cara la había visto antes. Sí, era una de las chicas que le habían dado calabazas a lo largo de su vida.

-Mira. Yo ya paso de ir a ningún lado y menos contigo, espíritu. Ya te podrías haber materializado en otra persona. Tanto tocarme las narices durante toda la noche, ahora encima a tocarlas con ganas – y acto seguido, Omar se tapó la cabeza con las mantas.

- Uy, pues yo pensaba que ya lo había superado... bueno...  Querido Omar. He venido a llevarte al futuro. Quiero que veas algo. – dijo la joven mientras miraba sonriente a nuestro protagonista.

Este la ignoró durante un rato, hasta que dijo:
-Bueno, pero que sea rapidito. Con esa cara no sé decirte que no… menudo pagafantas estoy hecho…

Acto seguido, el espíritu de las navidades futuras dio tres palmadas y se teletransportaron a un lugar luminoso. Se trataba de un pasillo que rápidamente reconoció Omar como la universidad donde estudió. Estaba vacío, pero pronto se abrió una puerta y empezó a salir gente. Al ser seres incorpóreos, eran constantemente atravesados por la multitud, pero el espíritu le hizo un gesto con el dedo a Omar para que se acercasen al interior del aula. Ahí, dos estudiantes sentados, hablaban mientras comían un bocadillo.

-Ahora escucha de lo que van a hablar estos estudiantes – dijo el espíritu de las calabazas futuras.

-Pues se ve que ha muerto, pobrecillo, descanse en paz. La verdad es que era buen profesor en el fondo – dijo un chico joven con aspecto imberbe.

-¡Qué dices, tío! A mí me hizo ir a las recuperaciones por sacar un cuatro con nueve. Menudo hijo de puta era. No me alegro que se haya muerto, pero vamos. Era un cabronazo. Además, sus chistes eran malísimos, ya no hablemos de cuando descubrimos su canal de YouTube de cuando era joven, buah, ¡qué patético! – contestó otro chico con evidentes problemas de sobrepeso y sudoración excesiva.

Omar, con lágrimas en los ojos cogió a la chica espíritu del brazo y le dijo:
-Por favor, vámonos. Ya he pillado que hablan de mí. No me gusta que se rían de esta forma sobre mi muerte. Es cruel. Quiero ir a casa – dijo Omar mientras una lágrima se desprendía de su párpado para fluir por su mejilla.

-Espera un poco y verás – dijo la chica espíritu del futuro.

-¡Qué cabrona, me haces sufrir en vida, y ahora en forma de espíritu materializado! – replicó Omar mientras volvía a dirigir su atención a los jóvenes.

-Ya ves… ¡O el blog donde contaba sus fracasos amorosos! ¡Fue la risa cuando llegó a clase y se encontró el blog abierto en el proyector! Como profesor un cero. Y más cuando nos puso vídeos de 4chan para explicarnos lo que era un traumatismo craneoencefálico. De verdad, es que no era serio.

-O cuando nos pasó las preguntas del examen en el Power Point, y resulta que eran falsas. Qué trollazo de profe. Eso sí, se enrolló mucho cuando en la recuperación colgó el examen en el Moodle el día antes del mismo examen, y sin avisar a nadie – dijo el chico imberbe mientras esbozaba una sonrisa entrañable.

-Ya. Era un cabronazo, pero era nuestro cabronazo. El típico profe con el que aprendes de verdad, y no uno de estos que leen la presentación, hacen un examen, y el resto de cosas les dan igual. Con él aprendías y te descojonabas en clase. Descanse en paz – dijo el chico con sobrepeso.

-¿Ves? Te lo dije. Te recuerdan por cómo eras y cómo les trataste. No tienen ningún rencor, porque con tu forma de ser es imposible que te lo guardasen. ¿Recuerdas a ese profesor que te dijo “nunca cambies, Omar”? Pues aquí tienes una muestra de cómo te verá la gente si sigues siendo el mismo. – dijo el espíritu dirigiéndose a un Omar sonriente.

-A veces cuesta ser así cuando ves que todo se va al garete. Con el corazón roto y un futuro incierto, cuesta creer que haya un futuro para sonreír – respondió Omar mientras aún contemplaba a los dos jóvenes.

-Lo hay Omar. La vida vale la pena precisamente porque las cosas nunca salen como las planeamos, incluso las que prevemos que irán mal. Ahí es donde reside la gracia de estar vivos – contestó la chica espíritu de las calabazas futuras, que después de decir esto, aplaudió nuevamente, y devolvió a nuestro protagonista a su cama de nuevo.

A partir de ese día, Omar aprendió una valiosísima lección. Nunca debemos sucumbir a las inclemencias de la vida, ni nos debemos dejar tumbar por las hostias que nos da nuestro aciago destino. La clave de ser feliz es entender que todo eso forma parte de nuestra vida. Y con esa lección aprendida, durmió toda la noche.


Hasta que apareció otro ser en la habitación…

- ¡Despierta Omar! ¡He venido a salvarte! – dijo el señor, trajeado y con aspecto de salir de un after.

- ¿Otro espíritu? Pero si ya han venido 3…

- ¡Mierda, llego tarde! – dijo el ente mientras se rascaba la nuca – Oye lo que te diré, no te fíes de esos seres, son Gelth, extraterrestres que pretendían controlar tu cuerpo, y puede que hayas sufrido alucinaciones, están formados por gas.

- Pero ¿qué…?

- Créeme, soy doctor – y acto seguido, el personaje salió corriendo, dejando tras de sí un sonido de ondas cósmicas.


- Menuda noche me están dando. Mañana pongo doble cerradura en la puerta…

Oye Cursiva, pues muy bien este episodio de Ataque a los Titanes. Me ha gustado.

“¡Oh, vaya, Omar! ¡Ya has vuelto!”

Sí, eso creo. Bueno. Me voy a poner a escribir la entrada de esta… uh, ¿y todo este tocho que has escrito?


“Nada. Una historia que me ha dado por escribir… Ya sabes que me encanta criticarlo todo”.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Crónica de una liga de debate: A la tercera, va la vencida

24-11-2016
Recuerdo perfectamente ese día, demasiado incluso. Cada detalle, cada palabra, cada textura, cada color, cada esquina y cada recta. Era 12 de noviembre del 2014, y después de una formación previa a la liga de debate de la UdG me dijeron por WhatsApp que mi padre estaba en el hospital. Fui pitando y al llegar me senté al lado de mi padre, que estaba en una camilla en un box de urgencias del hospital de Girona, a las 23h mientras esperaba resultados por un dolor abdominal.

En ese momento, sentado con mi padre tumbado mirando hacia mí, le empecé a explicar lo que había hecho ese día, como siempre hacíamos cuando llegaba a casa de la universidad. Él me escuchaba como poca gente hace, y me aconsejaba como nadie. Ese día escuchaba más callado intentando entretenerse y dejar de pensar así en su dolor.

Ahí fue cuando le prometí algo que siempre pienso cumplir pase lo que pase. Además también le dije que seguramente ganaríamos la liga de debate. Esa cuenta ha quedado pendiente, y debo saldarla, aunque me cueste sangre, sudor, y lágrimas.

7-12-2016
Hemos superado las eliminatorias como primeros de grupo. La alegría es contenida. Aún nos quedan dos debates decisivos y no podemos fallar. Además, para semis nos toca un rival durísimo que no nos lo pondrá nada fácil. Habrá que trabajar mucho.

16-12-2016
Ayer pasamos a la gran final. No estoy nervioso. Me siento como el león al que ponen la presa delante y se la quitan para hacerlo rabiar. Tengo unas ganas locas de salir ahí y hacerlo bien, dejar a todo el mundo pasmado y vencer. Tenemos un magnífico equipo, y los rivales son buenos. Pero eso no me pone nervioso. Esta vez sí. Esta vez ganaremos. No se trata de que podamos o no podamos. Se trata de que debemos ganar. Y lo haremos. 


21-12-2016
Vale, hemos ganado, pero tampoco nos pasemos. La entrada de blog estaba quedando súper bonita y emotiva, pero vamos a bajar un poco el nivel.

El jurado estaba comprado, habíamos puesto trampas al equipo rival y nos copiamos totalmente la línea argumental de otros equipos (todo esto es mentira, pero mi vileza me impide ganar algo de forma honrada, así que, imaginad que no hemos ganado el debate de forma justa y que sigo siendo el ser malvado que acostumbro. De hecho, pensad que iba al debate con capa y colmillos de vampiro, por favor).

Ahora mismo, más allá del debate, tengo una sensación curiosa. Nunca en mi vida había ganado un primer premio. Nunca había sido campeón de nada. Es una sensación rara… ¿cómo describirla? Me siento… ¡DE PUTA MADRE!

No, ahora en serio, es un respiro. Me he quitado una espina importante. Estoy muy y muy contento por haber podido compartir una liga de debate con unos colegas de equipo como los que he tenido, y haber competido con la gente con la que he competido. De hecho, esto no tendría mérito alguno si no hubiese participado la gente que ha participado, muy grandes y con mucho valor todos.

"¡Menudo egocéntrico estas hecho! ¡Si has ganado ha sido gracias a tu equi... espera... ¿¡qué!?"

Dicho esto, no sé qué va a ser de mí, pero algo tengo claro. Algún día le enseñaré a mis nietos esto, y les explicaré mis peripecias entre debate y debate, desde que empecé hace 3 años, hasta que la finalice, ya sea hoy, mañana, o de aquí unos años. Es muy bonito esto, y lo que ha costado hace que lo valore más ahora.


PD: Y prometo no repetirlo y regodearme en la victoria, aunque ya sabéis que soy muy pesado (juejeje).

PD2: Hoy publico, pero es que tenía pensado subir el sábado un especial de nochebuena, y además estaba esto entre medio, así que...