Una vez me dijo una persona (de sexo femenino (creo)) que
soy inmaduro y que mi comportamiento es el de un crío. Yo le di la razón. Y se
la volvería a dar. La gente inmadura suele llamar a los otros como tal para
sentirse superiores a ellos. Es como el feo que llama “feos” a los demás para
no odiarse al mirarse al espejo.
No me considero una persona madura porque sería demasiado
prepotente por mi parte. Además aún me quedan muchas cosas por vivir, y no
quisiera creerme ya el rey del Universo, aunque también os digo que con 22 años
que tengo, he vivido quizás demasiadas experiencias ya, pero no me quejo. Cuando
era pequeño nunca me dijeron que la vida fuese a ser todo un campo de rosas.
Madurar es una cosa bastante subjetiva. ¿Cómo cuantificamos
la madurez de alguien? La gente suele pensar que si te comportas de forma
aburrida y no te diviertes ni haces bromas nunca, eres maduro porqué eres una
persona seria, e incluso se dice que las personas mayores son maduras porqué claro, han vivido
muchas experiencias que les han curtido en la vida. Curtir. Eso es lo que de
hace con las pieles de animales para prepararlas para ponérselas de atuendo.
Como curtir un cinturón con piel de vaca, por ejemplo (no hace falta que
vayamos al topicazo de cocodrilos y serpientes).
Así pues, una persona madura es alguien con experiencia que
sabe que hacer siempre porque ha vivido mucho. Lo cual no implica que sea
más o menos gracioso, tenga más o menos sentido del humor, tenga más o menos
afición por las bromas, no sepa más o menos sobre literatura, filosofía o
ciencias. Entonces, ¿por qué etiquetamos a alguien de maduro y a otra gente no, si no somos capaces de saber lo que ha vivido esa persona, ni el motivo por
el cual actúa de ese modo? ¿Somos dioses omniscientes que tenemos total
clarividencia para saber el algoritmo que lleva a un ser humano a actuar de un
modo u otro a determinados estímulos?
Hay ocasiones en las que la vida nos pone en jaque, y
algunas personas saben reaccionar y otras no. Otras veces, la vida nos pone
retos, y mientras que muchos se centran en otros objetivos minoritarios, la
gente realmente inteligente es capaz de ver qué es lo realmente importante, y
conseguir su propósito, haciendo que a los demás les parezca fácil cuando no lo
es para nada. Sin ir más lejos, yo he intentado hacer muchas cosas porque he visto a otras personas haciéndolo, y obteniendo yo un peor resultado. Incluso hay momentos en los que es tan crítica la situación que
no es cosa del individuo el reaccionar o no ante esa prueba del destino
(llamémosle así, que suena muy romántico), sino más bien es el propio cerebro del
individuo que se bloquea. Es entonces cuando diferenciamos una persona madura de
alguien que no lo es tanto.
“Discrepo, no por vivir ciertas situaciones, eres más maduro.
Hay cosas que bloquean a unos y otras que bloquean a otros. Es muy general esa
definición de madurez, Omar. Retírala o me veré obligado a dar a dislike a tu
post”.
Ciertamente, vivir según qué cosas no te hace maduro. Es el
hecho de comprender por qué suceden y aceptarlas como una parte más de la vida,
o intentar mejorar para el futuro, que te hacen madurar. Vivir por vivir no
está bien. Vivir y reflexionar es la salsa de ser Homo Sapiens. Y esto lo
podemos aplicar a todo. Exámenes suspendidos, fracasos académicos, despidos,
fallecimientos, accidentes, peleas, discusiones, debates, etc.
De hecho es el saber entender tus vivencias, aprender de
ellas, aplicar lo que has aprendido, y saber disfrutar de lo que te queda, lo
que creo que te hace maduro. Un cascarrabias no es maduro y un irreflexivo
tampoco.
A mi entender, es la persona que ha vivido algo, y ha
reflexionado sobre esa experiencia para adaptarse a ella, la que ha madurado de
verdad. No creo que saber más o menos sobre series de o música, te haga más o
menos maduro, y la gente que dice lo contrario, demuestra ser inmadura. Disfrutar
de la vida no te hace tampoco inmaduro. Igual hacerlo en exceso sin pensar en
las consecuencias, sí.
En definitiva, maduro no es al que los demás consideran como
tal, sino el que no necesita que le consideren para seguir contento con su
forma de ser.
Como el feo que llama a los demás “feos” para sentirse menos
feo.