No me lo explico aún, pero hemos ganado el 4arto premio del
concurso. El jurado ha considerado que el vídeo es el 4arto mejor de 118 cortos
presentados. Un vídeo en el que nos metemos directamente con el jurado, en el
que criticamos todos aquellos vídeos que se hacen siempre, y en el que
educamos. Sí, educamos, y no de forma obvia, sino con mensajes subliminales (Esteve,
el actor que hace la referencia del azúcar glas como cocaína, no está comiendo
un triángulo de chocolate porque sí).
Victor tampoco hace de presentador obsesionado con ganar
porque sí, lo hace para criticar el sistema de competición del propio concurso.
Oscar no hace el papel de persona de fundamentos teóricos
fuertes porque sí. Lo hace porque ciertamente la teoría es necesaria, pero si
se abusa, acaba aberrando el propio contenido.
Josep no hace el papel de persona que pretende infundir
miedo para evitar el consumo de drogas, lo hace porque es de los recursos más
habituales.
Don Jara no hace el papel de persona cuyas ideas son
ignoradas porque sí. Lo hace porque es lo que pasa cuando de tantos
participantes, solo unos con unas ideas determinadas son elegidos, mientras que
los otros pueden tener grandes ideas y ser ignorados.
Didac no hace el papel de persona cuya intención es educar
porque sí. Lo hace porque esa es la basa en la que se debería centrar todo
vídeo pese a los edulcorantes que luego se le añadan.
Incluso yo, no hago el papel de bedel con ganas de que
acaben de hacer el vídeo ya porque sí. Lo hago porque en ocasiones, nos
centramos tanto en cómo hacer algo, que se nos olvida el objetivo por el cual
lo hacemos.
Dicho todo esto he de confesar algo. Hace dos meses dije una
frase que me salió del alma, y es que estoy acostumbrado a perder. Un ejemplo
claro es este concurso de cortos, en el que me he presentado cuatro años seguidos
con la ilusión por las nubes y la hostia siempre ha sido importante. Este año
no tenía expectativas. Lo primero que hice al hablar con las personas que
después de preguntar en Facebook, se ofrecieron de forma totalmente altruista a
ayudarme, fue “mirad, el objetivo no es para nada ganar, sino criticar al
concurso y los vídeos que se presentan en él”, y esto os lo puede corroborar
cualquiera de ellos, e incluso las personas que vieron el guion previo (que
llevo escribiendo desde noviembre pasado), y los que han visto el vídeo durante
la postproducción.
Yo ya no quería ganar, quería destrozar los registros y que
el jurado que lo viese se sintiese tan ofendido e increpado, que me deseasen lo
peor. Quería además que el resto de compañeras y compañeros que presentan
vídeos al concurso se diesen cuenta al ver el vídeo que los enfoques de siempre
ya no valen. Hay que cambiar la forma de pensar.
Pero si quería algo por encima de todo, era, es y será nunca
fallar a mi estilo. Mi estilo casero, con algún chistecillo, juegos de palabras
y bromichuelas que saquen una sonrisa a quien lo vea más allá del contenido del
propio vídeo. Uno nunca puede defraudarse a sí mismo, y creo que esa es la
verdadera clave de que esté tan y tan satisfecho por este 4arto premio.
No es un 1ero, ni un 2do, ni un 3ero, pero para mí, es el
más glorioso de los premios que hemos conseguido estos dos meses (Subcampeones
de la Liga de Debate (Cataluña Valencia y Baleares), 3er premio en el festival de cortos de Temps de Flors (Girona),
2do premio en el concurso de relatos cortos contra la desigualdad de género (UdG) y 4art premio en el Concurso de Cortos contra las drogas de TuPunto (territorio español).
Ya que estoy, aprovecho para dar las gracias a todos. No creo que hubiese una mejor manera de cerrar mi etapa universitaria, y hubiese sido imposible sin tanta gente magnífica. Yo nunca he creído que tenga ninguna habilidad especial, así que quieras o no, y los que me conocen lo saben, estos premios los he ganado porque he participado con gente genuina en sus campos. Muchas gracias a todos ellos y ya dejo de dar la brasa con tanto premio y tanta cosa, que me empiezo a dar asco.