Bien, hoy os voy a contar el secreto para ser extremadamente
creativo en todo. El secreto es que no hay secreto. Fin de la entrada.
“¡Oh, gracias por iluminarnos con tu sabiduría, Omar!”.
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Ahora que ya se han ido muchos de los que solo buscan soluciones sencillas, os contaré a los pocos que
quedáis el verdadero truco que uso yo para que se me ocurran ideas. No es que
me vea como alguien especialmente bueno en esto, pues la mayoría de ideas que
se me ocurren cuando intento ser creativo acaban siendo demasiado locas como
para llevarlas a cabo, y del resto, muchas son solo ideas sin fundamento que
nunca llegarán a ser relevantes para nada.
Para llegar a ese momento en el que ser realmente creativo,
mucha gente cree que hay que descansar, despejarse, llegar a un punto de
catarsis en el que nada influya en tu pensamiento, un punto de paz espiritual y
calma emocional en el que poder expandir tus horizontes y evolucionar hacia
otro ente que… Todo eso es mentira. Haciendo esas cosas tienes las mismas
posibilidades de tener una buena idea que si te sientas en una mesa y te pones
a buscar cosas en Google.
El punto clave desde mi punto de vista, para llegar a tener
una buena idea es la saturación de lo mismo una y otra vez. Me explico.
El ser humano por naturaleza es bastante complejo y simple a
la vez. Si estamos en una situación de calma y estabilidad, no tendemos a
buscar el peligro y la inseguridad física. No digo que la rutina sea buena para
tener ideas geniales. De hecho, cuando uno vive en una rutina constante, no
suele tener ideas que le hagan cambiar a no ser que se sature, y ese es el
punto donde quería llegar.
Todo valor es una constante hasta que varía, entonces será una
variable, y de ese valor final dependerá lo que haya influido en ese cambio
(vamos, que de matemáticas soy un analfabeto, pero a esto llego).
Pero volvamos al tema de la creatividad. Para tener una
buena idea hay que saturarse de ideas iguales siguiendo la misma premisa que,
para desviarse del camino, primero hay que seguir el camino. La mente funciona
de igual modo.
La gente tiende a repetir lo mismo que ha funcionado a otros
para que les funcione a ellos, y de ese modo se aseguran que, pese a que no
funcione lo que van a intentar, como mínimo no harán el ridículo. Entonces,
queda claro que para hacer algo diferente, no hay que tener miedo al ridículo
ni vergüenza por lo que vayamos a hacer (aunque vaya a ser vergonzoso).
“No me sirve de nada que me digas esto porque ya lo sé. Dime
como ser creativo. ¡DÍMELO!”.
La clave, y esto que diré es el punto más importante de la
entrada, es que, si dominas un tema y aún no se te ha ocurrido nada creativo,
igual es que no te has saturado suficiente del tema. Es en el momento de
saturación total de algo, que se te van a ocurrir las ideas más brillantes, que
ciertamente luego tendrás que pulir, pero que sin duda serán diferentes.
Otra cosa es que funcionen o no, como ya he dicho la gente
tiende a buscar siempre lo mismo, que se repita, y las cosas nuevas y
diferentes no suelen ser bien valoradas a no ser que la persona que la vea esté
también saturada de información igual.