jueves, 31 de agosto de 2017

Alí Babá, el ISIS y la indiferencia occidental X

Nunca me hubiese imaginado, desde que empecé esta serie de entradas sobre la guerra de Siria y la creación del grupo terrorista Estado Islámico, que llegaría el día en que debería explicar algo así como un atentado al lado mismo de casa. Y tampoco deja de ser verdad que yo tengo familia de Siria porque mi padre era de origen sirio, pero ver cómo reaccionan las personas de tu entorno ante un acontecimiento deleznable como es un atentado terrorista, te cambia la perspectiva de todo. Y he de reconocer también que me ha costado muchísimo escribir esta entrada. Sé que siendo una cosa próxima y que todos hemos vivido, habrá quien opine de una forma u otra, y que seguramente habrá muchas personas que tras leer esto, discrepen de lo que aquí se dice. Siempre os he animado a escribir vuestros comentarios sobre el tema. Es más, en esta entrada os doy total libertad de expresión, y os garantizo que no borraré ningún comentario que pueda suceder.


Dicho todo esto, vayamos al ajo, y empecemos por un recordatorio de la última parte, la IX.

Tras los atentados de París y la victoria de Trump, Estados Unidos fortaleció su alianza con la monarquía árabe, y estos a su vez, sometieron a los príncipes qataríes a sus exigencias ante las amenazas de embargo que sufría su país.

A todo esto, el DAESH perdía los territorios de Mosul y temía la próxima pérdida de Raqqa.

Lo único que le quedaba al grupo terrorista Estado Islámico era reivindicar cualquier ataque terrorista que pudiese haber en occidente, y así conseguir presencia en los medios y fomentar el miedo a todo lo relacionado con el islam, que quieras o no, siempre ha sido su objetivo principal. Francamente, dudo que alguien en el mismo ISIS pensase realmente que podrían conquistar un mojón.


Uno de estos ataques terroristas ha sucedido aquí, en nuestra tierra, Barcelona, donde el jueves 17 de agosto, una célula terrorista atentó en medio de las Ramblas, atropellando mortalmente a 13 personas e hiriendo a más de 100. Horas después, un coche con 4 terroristas arrolló unos mossos de esquadra en Cambrils, apuñalaron mortalmente a un peatón, y posteriormente fueron abatidos por los mossos. Por último, al cabo de un par de días se dio caza al terrorista que atropelló mortalmente a 13 personas en las Ramblas, que, a su vez, en su huida, había matado a puñaladas a un hombre para robarle el coche.

Esto es el resumen de lo que pasó, pero vayamos paso por paso, porque dicho así nos estamos perdiendo un montón de información. Vayamos por partes.

Para que exista una célula terrorista, se necesita un cabecilla, y el cabecilla en este caso no fue otro que el Imam de Ripoll, la persona que daba los sermones los viernes en la mezquita de Ripoll y el mismo en quien confiaban los musulmanes practicantes de Ripoll. Una persona que llevaba una doble vida, pues no solo estaba vinculado con personas relacionadas con el 11-M, ni tampoco era solo que tuviese vínculos con los terroristas que atentaron en París en la noche de la Bataclán. No. Además habían comunicaciones entre la policía de Bruselas y los Mossos para vigilar de cerca a ese hombre, que además tenía antecedentes policiales por tráfico de drogas, y no solo eso, sino que encima de él pesaba una orden de deportación. Y la verdad, me la pela bastante si la CIA informó o no sobre un posible atentado en las Ramblas, porque, primero, no esta verificado, y segundo, unos desmentirán, y otros dirán que es verdad, solo para defender sus intereses políticos, lo cual me parece una gilipollez tremenda cuando de lo que estamos hablando es de la seguridad de las personas.

En las manos de este señor, cayeron 5 jóvenes de entre 17 y 24 años. Jóvenes cuyos cerebros, fruto de una crisis de valores, fueron lavados y adoctrinados en algo que dejó de ser islam para ser terrorismo. Críos en definitiva a los que convencieron para matar.

Pero eso estaba lejos de las pretensiones del imam de Ripoll. Lo que él quería era más grande aún. Quería destruir algunos de los símbolos más importantes de la ciudad de Barcelona. Y para ello se preparó muy bien. No se sabe aún cómo, logro reunir más de un centenar de bombonas de butano que quería hacer explotar con una mezcla simple de productos caseros, fabricando así una bomba que pudiese crear el mayor desperfecto posible y un gran número de víctimas mortales.

Pero las cosas no le salieron como esperaba. Mientras emulaba a Walter White, mezclo ácido clorhi… sí, ácido clorhídrico con sulfato de so… sulfato de sodio. No sé lo que era, pero vamos, que la lio parda, ¿sabéis? El lugar donde planeaban todo era Alcanar, y el chalet donde lo hacían, voló por los aires junto a sus habitantes, dos personas, una de las cuales era el Imam, al que identificaron por su oreja.

Así, sin su cabecilla, un grupo de chicos abducidos por cuatro cantos de sirena, en lugar de dejarlo estar y volver a sus vidas habituales, decidieron hacer el mal. Uno cogió el pasaporte de su hermano y alquiló una furgoneta para que otro de ellos la condujese por Barcelona. Otro tomó prestado el Audi de su hermano y se fue con los otros 3 a Cambrils, donde seguramente se iban a encontrar con el que volviese de Barcelona.

El resto lo conocemos todos. Y ahora que sabemos toda la historia, cabe preguntarnos algunas cosas importantes.

¿Cómo pudo el imam de Ripoll, eludir a la policía tantas veces, y no ser investigado ni por la policía ni por el CNI?

¿Cómo pudieron comprar tanto material y tantas bombonas de butano, y alquilar esas furgonetas, sin que nadie diese la voz de alarma a la policía?

¿Cómo diantre puede ser que, pese a que el plan A de los terroristas fallase estrepitosamente, nadie se diese cuenta que estaban planeando un atentado, y ni los mossos, ni la policía ni la guardia civil, ni el centro nacional de inteligencia, supiese que iban a atacar con un plan B?

Realmente ahora hay muchísima gente que tiene a los cuerpos de seguridad en un pedestal, pero a mí, personalmente, me da una inseguridad brutal pensar que no pudieron evitar el plan A, ni el plan B ni tan solo el plan C de Cambrils. ¿Qué demonios pasó para que hubiese tantos errores, empezando por la no detención del imam de Cambrils y acabando por el hecho de pensar en una primera instancia que el suceso de Alcanar era causado por una explosión de gas?


El lema que ha adoptado la población condal de “No tinc por” también lo hago mío, pero en el fondo sí que tengo miedo. No a que unos locos fanáticos me quiten la vida, sino a que un sistema de control total como el que tenemos instaurado persiga a Twitteros, pero no sean capaces de perseguir a un señor como el imam de Ripoll, con antecedentes como los que tenía, y con la capacidad de crear una célula terrorista como la que creó.

Eso sí que da miedo. 

PD: Sé que me van a coser a críticas por esta entrada de blog, pero es lo que hay. Ya van 10 "Alí Babá, el ISIS y la indiferencia occidental" y la información que se está reuniendo en esta serie de entradas, algún día será interesante de leer en orden. Y como es evidente, no iba a eludir hablar sobre este tema.