Lamentablemente toca volver a hacer una entrada en esta
serie de blogs sobre el conflicto en el próximo oriente, y probablemente, por desgracia
tocará volver a hacer más de estas entradas en el futuro, incluso si fuesen
buenas noticias.
El caso es que, actualmente estamos en un clima bastante
crispado y tenemos ante nosotros un círculo que se retroalimenta, pero vamos
por pasos que os lo voy a explicar lentamente.
Conocemos que, en Siria e Irak, un grupo terrorista llamado “DAESH”
ha ocupado un territorio y lo ha hecho llamar “Estado Islámico”. Estos
terroristas, en nombre de Dios y manipulando a su antojo textos de hace siglos,
cometen atrocidades de las que muchas personas huyen. A esas personas se añaden
las que huyen de la guerra civil siria (a raíz de la “primavera árabe” de la
que hablé en el primer episodio de esta serie de blogs), y también de
Afganistán y los talibanes. Y cuando digo “huyen”, me refiero a que escapan con
lo primero que agarran de su casa, se pegan centenares de kilómetros a pie,
otros tantos en bus, etc. Muchas veces arriesgan sus vidas para llegar a un
campo de concentración de inmigrantes embarrado donde la lluvia encharca todo.
Por nuestra parte, los europeos no los queremos aquí. Ni en
un campo de concentración, ni en las calles. Somos así de guapos todos, que los
refugiados ensucian mucho la imagen de nuestro país, además que cometen muchos
delitos y nuestro país es católico de siempre, como van a venir estos
musulmanes moros a invadirnos no hombre no que dices que no me da la gana un
Cid hace falta ya está bien encima les pagamos toma ya estamos pagando su
comida y sus mantas que rabia que trabajen hombre vienen a quitarnos el
trabajoblablablabla.
“Me siento reflejado en algunas de esas cosas que has dicho”.
Mal por ti, voz cursiva. Pero iremos desgranando la
situación poco a poco.
A este coctel, añadiremos que Europa decidió pagar a Turquía
para que se quedase con los refugiados, que Turquía por su parte se dedica a
bombardear al ejercito kurdo en posiciones de Siria e Irak, es decir, que
Europa está pagando las bombas que Turquía lanza a los kurdos.
Unos kurdos que están luchando contra el DAESH, es decir,
contra el causante de todo. Así pues, Turquía está ayudando al DAESH cuando se
carga a sus enemigos, y Europa está financiando a Turquía para que haga esto, a
cambio de que se quede con los refugiados.
Pero por si fuera poco, dos días después de la detención
del cerebro de los atentados en París, Salah Abdeslam, Bélgica, lugar de la
detención del terrorista, sufre su peor atentado terrorista con más de treinta
víctimas mortales y cientos de heridos. Que dices, “¿no se habían preparado
para evitar posibles represalias?”. Ni idea, my friend.
Pero añadamos más leña al fuego. Los partidos de la extrema
derecha tienen la excusa perfecta para alimentar la islamofobia creciente a raíz
del éxodo de refugiados, con la excusa que son terroristas, o pueden serlo, y
que mejor no tenerlos aquí. La clave de esto la encontramos en Twitter, donde
encontrábamos el “Trending Topic” (tendencia destacada) #StopIslam, con
mensajes xenófobos y bastante racistas. Que no pasa nada, eh. Cada uno con sus
problemas psicológicos y su falta de cariño.
“A mí no me gustan tus blogs y no por eso hago “trendins
topis” de esos contra ti”.
Pero pensemos en el círculo. Los refugiados huyen de las
atrocidades del DAESH a Europa. En Europa se encuentran las puertas de los
gobiernos cerradas, y los expulsan a Turquía. Turquía quiere dinerito para
tenerlos concentrados en barrizales (porque claro, no los vayas a poner en un
sitio donde se sientan estables y seguros, que luego se sentirán humanos). Con
ese dinerito, aprovecha y compra bombas a… no sé… ¿Estados Unidos? Para matar
kurdos mientras estos luchan contra el DAESH. Así el DAESH no encuentra
oposición a su paso, y ocupa territorios. La gente huye a Latakia (ciudad
portuaria de Siria) por ejemplo, pillan un barco y se van a Grecia. Ahí son
deportados a Turquía. Esta recibirá dinerito…
Mientras, recordemos que los autores de los atentados son
europeos, con pasaporte europeo y vida europea. Son gente como tú, querido
lector, y como yo (bueno, como yo no, olviden eso agentes del CNI). No son
refugiados. Su problema fue otro, concretamente el de no sentirse parte de una
sociedad que no les reconocía como parte de esa sociedad. Redundante, lo sé.
Toda la entrada habla de redundancias.
En definitiva. Como veis, el conflicto cada vez se complica
más. Casi que la única noticia positiva que podemos sacar de todo esto es el
alto al fuego que hay en Siria por el momento, y que cuelga de un hilo. A ver
qué acaba pasando…