martes, 10 de diciembre de 2019

Entrada de respuesta: “podrías hablar de Dios”. PUES CLARO


Estaba yo haciendo mi aburrida y monótona vida tranquilo, fracasando como siempre y trabajando como nunca, y ya me había olvidado que yo, en algún pasaje de mi vida, escribía algo más que prácticas para la Universidad (donde ahora compagino mi trabajo en el hospital de enfermero, con la carrera de Ciencias políticas y de la Administración).

Bueno. Pues eso que desayuno, y yo que soy un reloj. A los pocos minutos viene el apretón que limpia mi intestino grueso haciendo de mi vida intestinal una de las más saludables que conozco. Y mientras lo hago cada día, pues reviso el correo. En esas que veo un mail del blog. Un comentario de una lectora antigua, que en su día (18 de septiembre del 2017) me pidió que, por favor, hablase sobre Dios.


Bueno, para qué nos vamos a engañar. Sudé de la muchacha. Siempre he sido muy déspota con mis lectores. De hecho, en mi libro, que encontraréis en Amazona muy buen precio (aquí dejo el link), insulto a quien lo lee. Y mirándolo bien, me pagan por insultar al lector. La vida puede ser maravillosa.

Dicho esto, la insistente lectora, esta semana me mandaba otro comentario, DOS AÑOS DESPUÉS, para preguntarme sobre Dios. Como con rintintín, ¿sabéis?

“Amy None 8 de diciembre de 2019, 21:06
Quizá tardas otro año en leerlo pero para cuando sea,me gustaría conocer tu opinión, así que por favor??”

Se refiere a mi opinión sobre Dios.



Bueno. Vamos a ver. Ejem. ¿Qué diantres lleva a una persona, dos años y dos meses después, a acordarse de que un tonto que escribe en un blog, no le contestó una pregunta? Parad un momento a imaginar la paciencia de Amy esperando dos años y dos meses a que yo, un tío que, siendo realistas, me olvidé hasta de que tengo un blog, le responda una pregunta de un tema que no interesa a nadie en un blog que tenía una media de 100 lecturas por entrada, y eran entradas de “uy voy a ver esto, mucho texto, me voy”; y ella esperando pacientemente a que yo le responda algún día de estos, cuando si eso tenga tiempo.

No voy a regodearme en el tiempo que llevas esperando mi respuesta, estimada Amy. Creo que mereces una respuesta clara y concisa sobre qué opino yo de Dios, y te la daré. No sin antes explicarte que mira, la vida en ocasiones nos deja muchas preguntas sin contestar. Como, por ejemplo, por qué mi ex me dejó, por qué alguien abandonó la perra que adopté siendo la mejor perra del planeta, por qué hay gente que me odia, siendo yo el tipo más simpático, guapo, y modesto del planeta, o por qué existe el derecho si es más fácil matarnos a machetazos por la calle.
Preguntas sin respuesta.



Dicho esto, querida Amy, te respondo. No creo realmente que sea importante lo que yo opine de Dios, sino que es más importante lo que opine esta entidad sobre mí. Seguro que de existir y tener capacidad de percibir algo, se está descojonando viendo cómo mi vida va de mal en peor. Pero bueno. Qué puedes esperar de un ente que permite que muera gente de enfermedades crueles, que haya guerras injustas, hambre, destrucción de la naturaleza, y pobreza.  Ojo, no digo que no exista, que puede existir o no existir. Eso se lo dejo a los teóricos de la física que indagan en el origen de la existencia energética de todo. Solo digo que, de existir algo que pueda ser considerado como creador del todo, seria raro que le importase lo que hagas o dejes de hacer en tu día a día.

Por otro lado, las religiones fundamentadas en la creencia de un Dios con atributos humanos, simplemente tienen su sentido en un estado preconstitucional que no tiene apenas seguridad jurídica, y, por lo tanto, necesitadas de un marco legal, se inventaron un marco ético a partir de reflexiones morales que permitiesen a sus “fieles” cumplir con los ideales sociales de la época. Que igual, en algunas ocasiones han quedado algo desfasados, pero ahí también reside en la actualidad la cultura de las sociedades diversas que componen nuestra realidad, es decir, que cuando acaba de tener sentido ético la religión como norma social, pues es cuando se acepta o no, como norma cultural para formar parte de un colectivo.



No sé si te he contestado, apreciada Amy. Espero que sí. Y gracias por insistir y acordarte del Blog más que el propio autor. 

domingo, 9 de septiembre de 2018

Se han cargado la sanidad



Toma título alarmista para empezar una entrada sobre algo que incumbe a todos como es la sanidad pública. Corran, corran, sálvese quien pueda. No quedará títere con cabeza.

La sanidad pública es un bien universal, aunque como bien de consumo, no es del todo público, en todo caso es un bien común. La diferencia está en que, si yo gozo de un servicio, de unos profesionales, de una maquinaria o de una habitación de hospital, esos bienes no podrán ser usados por otra persona en ese momento y lugar. Lo que debería ser para todos al final se convierte en un bien para aquellos que reúnen un tipo de características. En el caso de la sanidad, estas características vienen dadas por la necesidad del propio paciente en tanto que, si usted necesita ser atendido, será atendido en la brevedad que determine un cribaje previo que identifique la gravedad de su situación blablablá.


La cuestión es que en las últimas semanas hemos visto noticias de colectivos sanitarios catalanes que se quejaban del bajo sueldo que cobramos en general en la sanidad pública (entre los que me incluyo como profesional). Después de una época de crisis económica en la que se ha recortado todo menos el sueldo de los políticos (porque claro, son políticos y cómo les vas a recortar nada, si el futuro de la humanidad depende de ellos a por ellos Superman), resulta ser que la sanidad no ha recuperado aún, ni los recursos económicos que se le destinaba antes de la crisis, ni tampoco el personal que necesitaba y necesita, ni tampoco las condiciones laborales de estos. Somos trabajadores en cuyas manos está la vida de las personas, pero que cobramos una miseria que, teniendo en cuenta el ritmo de vida actual (alquiler, luz, agua, comida…), difícilmente nos da para vivir. Y esto es totalmente real y no estoy exagerando en absoluto.

En el lugar de trabajo donde ejerzo como profesional sanitario se ha convertido en tópico el hablar del salario y lo caro que está el alquiler. Somos muchos jóvenes que no tenemos ni para independizarnos de casa y se nos obliga a seguirnos formando de forma constante, con la dificultad que esto conlleva en un trabajo a jornada completa, lo cual dificulta aún más el vivir con un salario digno. Además, en la sanidad pública las posibilidades de acceder a un contrato indefinido son ínfimas, y dependiendo del lugar, para pedir acondicionar el horario laboral y poder estudiar un máster que pueda darte un pequeño empujón en la bolsa de trabajo, has de pedir un contrato a media jornada, y eso implica casi la mitad del sueldo al que podrías acceder.

En definitiva, la vida del profesional sanitario es terriblemente sacrificada. Me parece lo más normal del mundo que algunos colectivos sanitarios se quejen, y de hecho, me sorprende que sean tan pocos y que obtengan tan poca repercusión en los medios. Pareciera que pecamos de buenismo por el hecho de dedicarnos a cuidar de personas cuando en realidad, por ese mismo hecho, se debería dar más importancia a nuestras reclamaciones.


¿Y sabéis lo peor de todo esto? Existen profesionales sanitarios de más alto nivel que quizás no gozan de tantos estudios o formación como las nuevas generaciones que estamos subiendo, y que tienen un sueldo diez veces superior al nuestro (sin fliparnos en absoluto).

Para acabar, recalcaré un par de puntos. Primero, la calidad de la sanidad pública se mantiene pese a ser un bien común con recursos limitados y malas condiciones laborales para su personal, por el simple hecho que se nos exprime para dar buenos resultados, tener conocimientos y ser eficientes, es decir, la sanidad pública se mantiene gracias al personal. Un personal que, o cambia la situación, o empezará a buscarse las habichuelas en otros lugares de la península donde el salario no sea tan esmirriado y el precio de la vida sea inferior.

Y segundo, no señalo a culpable alguno, cada cual que piense lo que quiera. Esta es la realidad que vivimos los que nos dedicamos a cuidaros cuando vuestra salud os impide hacerlo vosotros mismos.

domingo, 19 de agosto de 2018

La senda de la vida


Hace muchos meses que no actualizo el blog (de hecho, hace casi un año), y es que desde setiembre del año pasado que me han pasado muchas cosas. Tampoco tenía pensado contarlas como si esto fuese un diario en el que os explicase mi vida, pero estuve reflexionando el otro día, y la verdad, tenía ganas de compartir las conclusiones a las que he llegado.

Primero de todo, en el título he usado la palabra “senda”. Siempre he tenido en mente la frase que nos dijo una vez una profesora de lengua en secundaria, algo muy típico, y es que “la vida no es un camino de rosas”. Vaya si no lo es, es un camino tortuoso, lleno de piedras y trabas. Algo que dificulta de forma constante nuestro desarrollo como persona en aquellos ámbitos en los que nos sentimos más realizados, haciendo de esta senda algo muy duro. Pero oye, ¿qué gracia tendría si no, si la vida fuese sencilla?

Seguramente muchos de vosotros que leéis esto pensaréis que ojalá la vida fuese un poquitín más fácil y sencilla, que nadie dice que tenga que ser fácil, pero que algo más liviana ya podría ser, hombre, ya está bien. Súper indignados que estaréis por mis palabrejas de niño inmaduro.

Y yo os digo, pero bueno, pero bueno, ¿qué os creéis? ¿Pensáis que esto es como un videojuego donde puedes elegir el modo principiante, el medio, o el difícil? La vida es como es, y más vale tomársela como algo entretenido y divertido, más que como algo difícil y aburrido, porque cada día que perdemos pensando que es un día que nos toca trabajar, es un día más de hacer el vago, o es un día desaprovechado, ahí estamos gastando nuestra vida tontamente.

Y le pasa a mucha gente. Y a mí también. Vas a trabajar un día más, y te lo tomas como el típico día que te toca a trabajar, y no lo es, es un día de tu vida que inviertes en una labor concreta. Estas aplicando unas horas de tu vida en un trabajo, y deberías ser consciente de ello, y entender que esas horas no pueden ser una perdida de tiempo. Disfrútalas, aunque parezca una locura. Diviértete en tu trabajo, aprende y mantén viva la llama de la ilusión con la que empezaste el primer día.

Todo esto lo digo porque ahora viene el momento de las escusas para justificar lo poco aplicado que he sido al continuar con el blog. Veréis, el blog era una forma “poética” de desviar los intensos esfuerzos de mi cerebro para crear algo creativo y que hiciese gracia, es decir, una inversión de tiempo en algo que después, al leerlo, incitase a la segregación de dopamina en mi cerebro, y con lo cual, yo disfrutaría.

La causa que ahora ya no escriba es simple. Tengo otras formas de disfrutar de mi vida. Trabajo de enfermero, estudio Ciencias políticas y de la Administración, tengo amigos, familia, pareja, y los quiero a todos (de diferente manera, por supuesto). Soy feliz a nivel laboral, económico y amoroso. Y puede que no sea rico, mi trabajo no sea estable, y con mi pareja no me pueda ver cada día, pero soy feliz porque estoy en un momento de mi vida en el que he de estarlo, y el día de mañana ya veremos, pero hoy hay que vivir siendo consciente de lo que uno tiene, y entender que la felicidad es algo más que ceros en el banco, echarte unas risas, o sexo desenfrenado. La felicidad es diferente, y hay que ser feliz para entenderlo.

Hay que ser feliz para entender que, quizás, la vida no es un camino de rosas, pero que, quizás, tampoco hace falta que lo sea.

jueves, 21 de septiembre de 2017

El 1-O, la democracia, y la ley de mis huevos

Empezaré adelantando un par de cositas para la gente a la que no quieren en sus casas y solo entra para ver de qué lado estoy, y a partir de aquí, pues me mandan a tomar por culo o me claman como camarada de sus ideas.


Soy rojo, demócrata, creo en la constitución y votaré el 1-O, pero votaré un NO.


A partir de aquí, los del “vaya subnormal” y el “tú lo que eres es un fascista”, ya pueden ir saliendo en silencio del blog. Cerráis la pestañita… sí, eso es. Bueno, me espero. ¿Ya? Genial.

Como decía, voy a ir a votar (si es que hay urnas y papeletas) el 1-O, aunque votaré un NO. Y voy a justificarme porque esto es mi blog y aquí escribo lo que me da la gana mientras pueda y no me lo cierren, cosa que no descarto tampoco, pues hablar de esto aquí, igual lo acaban considerando como una apología al referéndum. Menudo follón.

Iré a votar por una sencilla razón. Me gusta votar. Voto hasta en las encuestas que hacéis en Twitter, ¿no voy a ir a votar a un referéndum sin garantías que organiza la Generalitat? Anda que no.


Voy a ir a votar también porque creo que el sistema está mal. Me explico. Hacer referéndums no debería ser delito. Cierto es que la soberanía del estado español reside en el pueblo español. De hecho, Cataluña hasta el momento es parte del pueblo español, y por lo tanto, la soberanía también reside aquí. Que deba decidir todo el pueblo o solo una parte, eso ya depende de la interpretación que haga la gente de la Constitución, que de hecho, está hecha así de ambigua y abierta a interpretaciones porque se creó en una época convulsa de división social, veníamos de una historia en la que la Constitución se había cambiado en el pasado, dependiendo de quién gobernase, y además, en la transición se necesitaba estabilidad (o como mínimo dar sensación de que todo estaba bien).

Dicho esto, añadiré, por si no fuese poca la discrepancia con el poder del estado actual, expresada anteriormente, que no existe separación de poder en un sistema en el que el poder ejecutivo es de quien gobierna, el legislativo, de quien tiene mayoría absoluta, y el judicial donde el máximo defensor de la ley, el tribunal constitucional, está formado por juristas elegidos a dedo. Y no es problema del PP o del PSOE. Es problema de un sistema que se pensó en su día que así sería representativo de la población, pero que no debió ser así precisamente porque lo que deberíamos lograr con la constitución, según los padres pensadores de esta, es la separación de poderes del estado. Si no, entendiendo al estado como un tigre feroz, es como meternos en una jaula con él, e intentar amaestrarlo con las manos desnudas.


Esa es mi crítica al sistema actual, pero ahora voy a explicar por qué voy a votar, y es que, sé que no tiene garantías, y por lo tanto, no será democrático, pero es que no tendrá garantías y no será democrático porque no ha habido voluntad política para que deje de ser así. Ni de un lado ni del otro por mucho que se diga. No me jodáis, no es tan difícil telefonearse y acordar hablar del tema. Que llevan dando por culo años. ¡AÑOS!

Además, ahora os voy a contar por qué voy a votar “NO”. Soy de clase obrera, mis padres eran de clase obrera, y soy de un barrio obrero. A mí, personalmente, me da igual quien me gobierne, siempre que lo haga con respeto hacia las clases trabajadoras. Y eso es precisamente lo que le ha faltado a la derecha española y catalana. Inmigrantes y obreros hemos sido pisoteados en momentos de crisis como si se nos pudiesen recortar los derechos sociales, mientras que a los ricos se les mimaba para que no se fueran con sus fortunas a otros países que les tratasen mejor. PP y Convergencia son la derecha española y la derecha catalana, y no pasa nada por reconocerlo, pero para mí, son el mismo perro con distinta correa. Hubiese o no hubiese una hipotética independencia, esto seguiría siendo lo mismo, porque, en definitiva, no vivimos en democracia. 

En una democracia, por lo que a la definición de estado se refiere comprendido en un terreno, un pueblo y un poder, el poder democrático reside en el sufragio. El poder de reformar la constitución, es decir, las leyes que rigen el estado, ha de ser el pueblo, y como ya vimos en la reforma del artículo 135 de la constitución, el verdadero poder que controla el estado, no es el surgido del sufragio. Es el poder económico. Y eso no se decide con un referéndum en el que, como ya he dicho, cambiamos de actores, pero no cambiamos el guion de la obra.


Por todo esto, yo votaré (si puedo y me dejan), y votaré un NO. Un NO meditado, con respeto a los que voten “SÍ”, y a los que no voten porque no lo ven con suficientes garantías como para perder el tiempo en ello. 

jueves, 31 de agosto de 2017

Alí Babá, el ISIS y la indiferencia occidental X

Nunca me hubiese imaginado, desde que empecé esta serie de entradas sobre la guerra de Siria y la creación del grupo terrorista Estado Islámico, que llegaría el día en que debería explicar algo así como un atentado al lado mismo de casa. Y tampoco deja de ser verdad que yo tengo familia de Siria porque mi padre era de origen sirio, pero ver cómo reaccionan las personas de tu entorno ante un acontecimiento deleznable como es un atentado terrorista, te cambia la perspectiva de todo. Y he de reconocer también que me ha costado muchísimo escribir esta entrada. Sé que siendo una cosa próxima y que todos hemos vivido, habrá quien opine de una forma u otra, y que seguramente habrá muchas personas que tras leer esto, discrepen de lo que aquí se dice. Siempre os he animado a escribir vuestros comentarios sobre el tema. Es más, en esta entrada os doy total libertad de expresión, y os garantizo que no borraré ningún comentario que pueda suceder.


Dicho todo esto, vayamos al ajo, y empecemos por un recordatorio de la última parte, la IX.

Tras los atentados de París y la victoria de Trump, Estados Unidos fortaleció su alianza con la monarquía árabe, y estos a su vez, sometieron a los príncipes qataríes a sus exigencias ante las amenazas de embargo que sufría su país.

A todo esto, el DAESH perdía los territorios de Mosul y temía la próxima pérdida de Raqqa.

Lo único que le quedaba al grupo terrorista Estado Islámico era reivindicar cualquier ataque terrorista que pudiese haber en occidente, y así conseguir presencia en los medios y fomentar el miedo a todo lo relacionado con el islam, que quieras o no, siempre ha sido su objetivo principal. Francamente, dudo que alguien en el mismo ISIS pensase realmente que podrían conquistar un mojón.


Uno de estos ataques terroristas ha sucedido aquí, en nuestra tierra, Barcelona, donde el jueves 17 de agosto, una célula terrorista atentó en medio de las Ramblas, atropellando mortalmente a 13 personas e hiriendo a más de 100. Horas después, un coche con 4 terroristas arrolló unos mossos de esquadra en Cambrils, apuñalaron mortalmente a un peatón, y posteriormente fueron abatidos por los mossos. Por último, al cabo de un par de días se dio caza al terrorista que atropelló mortalmente a 13 personas en las Ramblas, que, a su vez, en su huida, había matado a puñaladas a un hombre para robarle el coche.

Esto es el resumen de lo que pasó, pero vayamos paso por paso, porque dicho así nos estamos perdiendo un montón de información. Vayamos por partes.

Para que exista una célula terrorista, se necesita un cabecilla, y el cabecilla en este caso no fue otro que el Imam de Ripoll, la persona que daba los sermones los viernes en la mezquita de Ripoll y el mismo en quien confiaban los musulmanes practicantes de Ripoll. Una persona que llevaba una doble vida, pues no solo estaba vinculado con personas relacionadas con el 11-M, ni tampoco era solo que tuviese vínculos con los terroristas que atentaron en París en la noche de la Bataclán. No. Además habían comunicaciones entre la policía de Bruselas y los Mossos para vigilar de cerca a ese hombre, que además tenía antecedentes policiales por tráfico de drogas, y no solo eso, sino que encima de él pesaba una orden de deportación. Y la verdad, me la pela bastante si la CIA informó o no sobre un posible atentado en las Ramblas, porque, primero, no esta verificado, y segundo, unos desmentirán, y otros dirán que es verdad, solo para defender sus intereses políticos, lo cual me parece una gilipollez tremenda cuando de lo que estamos hablando es de la seguridad de las personas.

En las manos de este señor, cayeron 5 jóvenes de entre 17 y 24 años. Jóvenes cuyos cerebros, fruto de una crisis de valores, fueron lavados y adoctrinados en algo que dejó de ser islam para ser terrorismo. Críos en definitiva a los que convencieron para matar.

Pero eso estaba lejos de las pretensiones del imam de Ripoll. Lo que él quería era más grande aún. Quería destruir algunos de los símbolos más importantes de la ciudad de Barcelona. Y para ello se preparó muy bien. No se sabe aún cómo, logro reunir más de un centenar de bombonas de butano que quería hacer explotar con una mezcla simple de productos caseros, fabricando así una bomba que pudiese crear el mayor desperfecto posible y un gran número de víctimas mortales.

Pero las cosas no le salieron como esperaba. Mientras emulaba a Walter White, mezclo ácido clorhi… sí, ácido clorhídrico con sulfato de so… sulfato de sodio. No sé lo que era, pero vamos, que la lio parda, ¿sabéis? El lugar donde planeaban todo era Alcanar, y el chalet donde lo hacían, voló por los aires junto a sus habitantes, dos personas, una de las cuales era el Imam, al que identificaron por su oreja.

Así, sin su cabecilla, un grupo de chicos abducidos por cuatro cantos de sirena, en lugar de dejarlo estar y volver a sus vidas habituales, decidieron hacer el mal. Uno cogió el pasaporte de su hermano y alquiló una furgoneta para que otro de ellos la condujese por Barcelona. Otro tomó prestado el Audi de su hermano y se fue con los otros 3 a Cambrils, donde seguramente se iban a encontrar con el que volviese de Barcelona.

El resto lo conocemos todos. Y ahora que sabemos toda la historia, cabe preguntarnos algunas cosas importantes.

¿Cómo pudo el imam de Ripoll, eludir a la policía tantas veces, y no ser investigado ni por la policía ni por el CNI?

¿Cómo pudieron comprar tanto material y tantas bombonas de butano, y alquilar esas furgonetas, sin que nadie diese la voz de alarma a la policía?

¿Cómo diantre puede ser que, pese a que el plan A de los terroristas fallase estrepitosamente, nadie se diese cuenta que estaban planeando un atentado, y ni los mossos, ni la policía ni la guardia civil, ni el centro nacional de inteligencia, supiese que iban a atacar con un plan B?

Realmente ahora hay muchísima gente que tiene a los cuerpos de seguridad en un pedestal, pero a mí, personalmente, me da una inseguridad brutal pensar que no pudieron evitar el plan A, ni el plan B ni tan solo el plan C de Cambrils. ¿Qué demonios pasó para que hubiese tantos errores, empezando por la no detención del imam de Cambrils y acabando por el hecho de pensar en una primera instancia que el suceso de Alcanar era causado por una explosión de gas?


El lema que ha adoptado la población condal de “No tinc por” también lo hago mío, pero en el fondo sí que tengo miedo. No a que unos locos fanáticos me quiten la vida, sino a que un sistema de control total como el que tenemos instaurado persiga a Twitteros, pero no sean capaces de perseguir a un señor como el imam de Ripoll, con antecedentes como los que tenía, y con la capacidad de crear una célula terrorista como la que creó.

Eso sí que da miedo. 

PD: Sé que me van a coser a críticas por esta entrada de blog, pero es lo que hay. Ya van 10 "Alí Babá, el ISIS y la indiferencia occidental" y la información que se está reuniendo en esta serie de entradas, algún día será interesante de leer en orden. Y como es evidente, no iba a eludir hablar sobre este tema. 

viernes, 25 de agosto de 2017

Ellos y nosotros.

De momento no voy a hablar sobre lo ocurrido en Barcelona la semana pasada. Como mínimo no de forma directa, porque para ello ya haré otra entrada de “Ali Babá, el ISIS y la hipocresía occidental”. Pero algo preocupante ha pasado a raíz de lo acontecido el otro día y sobre eso quiero hablar, y es que sucedieron bastantes comentarios en las redes sociales que me dolieron muchísimo en lo más hondo de mi corazón.


Una distinción bastante habitual vista en las primeras horas después de los atentados de Barcelona, en redes sociales principalmente, fue la del “nosotros” y “ellos”. Venían tanto de gente que promovía la islamofobia, como de gente que solo estaba comentando los acontecimientos ocurridos desde su punto de vista. Esa diferenciación entre dos grupos es lo que me ha tocado la fibra más profunda de mi ser, y es la que impulsa esta entrada de blog.

Veréis. Yo he vivido toda mi vida en la misma ciudad desde que nací y desde mi punto de vista soy totalmente de Girona. He vivido toda mi vida en la misma calle, he estudiado un colegio y un instituto de Girona, me he formado en la universidad de Girona y he trabajado en el hospital de Girona. Toda mi vida en un mismo lugar, hablando el mismo idioma del lugar, celebrando las festividades de la región. No entiendo el “nosotros” y el “ellos”.


No es la primera vez que me siento discriminado por el hecho de llamarme Omar Habbab Mohamed. Toda mi vida he sufrido discriminaciones de todo tipo en todos los ámbitos, y normalmente no te quejas porque mira, tampoco es que influya demasiado en mi día a día, pero duele. Y como yo, todos esos chicos que han nacido y vivido aquí siempre, que se han criado en esta sociedad con esta cultura que llamamos “occidental”, y que también han sufrido las mismas discriminaciones por llamarse “Mohamed”, “Abdel”, “Fatima” o “Nadia”, como tantos otros nombres árabes que nos rodean hoy en día. Que si "por qué no comes cerdo" que si "por qué no bebes alcohol" que si "va, un poquito", que si "si no lo pruebas como sabes que es malo". Y más y más ejemplos. 

Mirad, seré claro. No entiendo el objetivo de dividir la sociedad entre el “nosotros” y el “ellos”. Es imposible establecer una diferenciación más allá del origen o el nombre, y eso, como es obvio, no implica nada en absoluto sobre el comportamiento de una persona en nuestra sociedad, como así tampoco significa que esa persona se adapte más o menos a una sociedad que desde un principio era la suya. No tiene ningún sentido pues que, siendo esta también su sociedad, establezcamos un “nosotros” y un “ellos” únicamente por su origen. Mi origen. ¿Por qué? ¿Por qué intentamos dividir y diferenciar a las personas en grupos para categorizarlos como alguien diferente y por lo tanto que influye en nuestra sociedad, si desde un principio hemos formado parte de ella? ¡Es que ya no hablamos de mi origen, sino el origen de mis padres!


El otro día salía una muchacha con hiyab hablando en televisión, y leías comentarios referentes a la falta de libertad de su religión por obligarla a ir con el pañuelo. Vamos por partes. No es religión, es cultura la que condiciona el pañuelo. No existe un solo tipo de pañuelo, está el ir sin, el hiyab, el niqab, el burka… Dependiendo de la región, se lleva uno u otro. El Corán no cambia dependiendo de la región. ¿No se entiende que el texto es el mismo pero la interpretación y la adaptación a la cultura de la zona, totalmente distinta? La religión no es intolerante, ni tampoco causa muertos, ni implica que haya que matar a nadie para ir al cielo. Son las personas que leen un texto y lo interpretan como les viene bien las que dicen qué hacer y cómo hacerlo. Y esto lo he dicho tantas y tantas veces en este blog que se me está gastando la pintura de las teclas de tanto pulsarlas. Pero es que hay que decirlo, estoy seguro que los chavales que atentaron la semana pasada NO HABÍAN LEÍDO EL CORÁN EN SU VIDA Y SE GUIABAN POR LO QUE LES DECÍA EL IMAM, COMO TANTA OTRA GENTE!

Lo mismo pasa con tantas y tantas cosas que encontramos en la sociedad occidental, que no deja de ser un mix de civilizaciones. Ese “ellos” no lo entiendo ni comprendido como un “los de su cultura”, ni mucho menos como “los de su origen”, ni tampoco un “los de su religión”. No tiene ningún tipo de sentido y por eso no lo puedo entender de ninguna manera.

Me duele, me duele muchísimo ese tipo de comentarios disgregadores que intentan hacer daño a la sociedad. Me entristece mucho que haya gente en pleno siglo XXI, que por que cuatro chiflados atenten contra un grupo de personas inocentes, se etiquete a una parte de la misma sociedad como culpables de ello. Y sí, sé que también los racistas son también cuatro chiflados, pero la realidad es que la diferenciación entre “nosotros” y “ellos” no la hacen solo los cuatro chiflados racistas. La hace tanta y tanta gente que duele solo de pensar en ello.

No nos damos cuenta, pero los verdaderos culpables de hacer que existan personas aisladas en una sociedad como la nuestra, somos nosotros mismos con nuestra forma de hablar y actuar en nuestro día a día, y quizás no serviría de nada cambiar nuestra forma de expresarnos porque siempre habrá algún atontado que no leerá mi blog y dirá las tonterías que le dé la gana, pero realmente es cierto que un pequeño gesto sumado a otro pequeño gesto, hacen un gesto aún mayor.


Y después de soltar todo este discurso moralista y leerme unos cuantos comentarios de Facebook del estilo (y copio literalmente):

"Luis Bravo: El imán nobles nada...EL POBLEMA RS SU RELIGIÓN.. acaso alguien piensa que si coge un cura o un rabino a 10 o 12 chavales los va a convertir en terroristas.... Es su religiooooon"


"
Teguez Ricardo: El IMAN, ¿de qué religión era?... me imagino que pertenecía a la #TERRORISTA y #MALÉVOLA #RELIGIÓN #CATÓLICA que tanto atacan los #COMUNISTAS #PODEMITAS y principalmente los #CAMARADAS Juan Carlos #Monedero#AlbertoGarzón y el #Amado #Líder #PabloIglesias."


<<Le debieron faltar hashtags>>


"Mar SO Mar: Yo he tenido que trabajar muy a mi pesar en una empresa donde la mayoría de clientes eran musulmanes y fue una de las peores experiencias laborales, no quiero entrar en detalles porque don muchas y variadas la falta de valores educación arrogancia y prepotencia con la que trataban sobre todo si eres mujer. No les doy la mano ni aunque me hubieran subido el sueldo. Ya no te cuento si me matan uno de ellos a un hijo. Abrazos es lo que menos iban a ver el resto de su vida. Respeto la acción de este padre la respeto pero es de ser un pringado."


<<Su hijo ha muerto y él es un pringado>>

"Facundo Carrió: los españoles no entienden que los musulmanes van a cazarlos, no?"

Y así podría pasarme horas, pero todo se resume en una cosa. Decía Churchill que los fascistas de hoy se llamarán antifascistas mañana, o algo así, qué se yo, igual ni dijo eso. El caso es que todas estas demostraciones de odio de un lado y el otro, se resumen en un mismo objetivo, y es crear la distinción entre el "ellos" y el "nosotros" cuando no existe, no existía entre judíos y nazis, no existía entre cristianos y musulmanes en las cruzadas, ni existía entre romanos y bárbaros, ni ha existido, ni existirá nunca.


Pensad, si alguien quiere que odiéis a alguien, nunca lo hará por vuestro bien, siempre querrá sacar un beneficio para él, y repito, nunca para vosotros ni para las otras personas. Nunca os dejéis influir para odiar a alguien, nunca. En el momento en el que lo hagáis, os estaréis alejando de la civilización.

La semana que viene ya hablaré sobre los atentados de Barcelona porque necesito meditar sobre lo ocurrido, y aun entristecido como estoy, no creo que fuese capaz de comprender todos los datos que nos han llegado hasta ahora. 

jueves, 17 de agosto de 2017

¡He venido aquí a hablar de mi libro!

Hace quizás un año y algo, que publiqué una entrada en la que comentaba mi intención de escribir un libro. Pues bien, ese que había empezado a escribir entonces, lo dejé colgado a la espera de inspirarme algún día lo suficiente como para poder tirarlo adelante.


Pues bien, hace un par de semanas acabé de escribir (¡AL FIN!), mi primer libro. Tiene apenas 150 páginas de texto, y tengo pensado añadirle ilustraciones, pero texto, lo que es texto, ya está, y después de leerlo para corregir fallos, estoy bastante satisfecho. Tiene todo, absolutamente todo, mi estilo de escribir, y es como leer un blog, pero sin memes, sin lloriqueos, y con un tema que engloba bastantes cosas.

No es de ficción. Bueno, sí, una parte sí, pero el resto es de observaciones, anécdotas, información de cultura general que no nos queda lejos a nadie, y todo en un mix, mezclado con mi característica simpatía (huehe).


Espero poderlo publicar antes que se acabe el año. Una vez corregido, tengo pensado añadirle ilustraciones hechas por mí mismo, y después pensaré en las diferentes opciones de publicar que tengo. Las hay en papel, y en formato libro electrónico, y claro, siendo el primero y previendo que tampoco creo que me den el premio Nobel por él (creo, pero vamos, que igual se animan y me lo dan), hay que ver en qué medio puede estar mejor.

No os preocupéis por la falta de información. La mayor parte de la gente a quien le digo que he escrito un libro se sorprenden porque no saben de dónde he sacado el tiempo, pero es que resulta que le he dedicado muchas noches de verano, y cuando no hacía 3 páginas, hacía 14 del tirón, dependiendo de la inspiración del momento. Además, son escasas las personas que saben de qué va el libro y cuál es el objetivo final de este.


Dicho esto, muchas gracias a todos los que habéis apoyado este proyecto. Escribir es algo que me encanta, y tener un libro casi acabado es como ver la cima de una montaña que hemos intentado escalar muchísimas veces pero que jamás lo logramos, y que, pese a que pensamos que sí, algún día lo lograremos, ese día no llega porque estamos demasiado ocupados haciendo otras cosas. La pragmática vida nos engulle en su monotonía, y no, no nos podemos permitir pensar en aquella cima a la que soñamos llegar, pero quien sabe si algún día, en algún resquicio de tiempo libre, con motivación y energía logremos subir ahí. Lo que más se disfruta es el camino, y lo que más valoraremos, será el hecho de haber encontrado tantas y tantas trabas en el camino que nos han imposibilitado llegar hasta la cúspide de nuestras ilusiones.

Y me callo ya.