Puede que estés buscando
una respuesta al por qué de tus fracasos y hayas recurrido a esta entrada de
Blog en la que tu “yo” del pasado te habla, para de algún modo sentirte
consolado.
Bien. Hablemos de tus
fracasos a lo largo de la vida. Ciertamente has fracasado mucho. Incluso me
atrevería a decir que eres de las personas que más veces ha fracasado de los de
tu entorno. Si en el diccionario hubiese una foto en la definición de “fracaso”
puede que los miembros de la RAE se moviesen para colar tu foto a modo de
ejemplo. Desde pequeño, hasta al ser mayor, y de forma más repetida en la
actualidad, los fracasos han formado parte de tu vida.
Y pese a todo esto, no
eres un fracasado. Para ser un fracasado hay que rendirse al fracasar, y
conformarse con un fracaso. Ese es el “fracasado”. En cambio tú has fracasado
muchas veces pero has seguido adelante aunque no hayas tenido apenas
posibilidades de tener éxito. Como la vez aquella que, con el hombro dislocado
(el cual los médicos se sorprendieron que te hubiese durado tanto) conseguiste
aprobar el examen de piscina después de aguantar 45 minutazos nadando pese a
que te podrías haber esperado al curso siguiente tal y como te sugirió la
profesora. O la vez aquella en la que suspendiste inglés en la selectividad y
no paraste hasta conseguir el nivel FCE. O cuando tuviste que hacer un año
sabático por no haber entrado en Enfermería en la primera convocatoria, y al
año siguiente lograste entrar, acabaste la carrera sin que te quedase nunca
ninguna asignatura y te graduaste con buena nota. O la vez aquella en la que,
pese a no conseguir demasiado éxito en YouTube, hiciste el tutorial para pedir
las becas, que a tantos estudiantes ha ayudado. O la vez en que te operaste el
hombro y no te dejaron hacer prácticas, y después de saber cómo se sentía un
estudiante discapacitado, acabaste consiguiendo que se aprobase un reglamento
de evaluaciones para discapacitados en tu facultad. O la vez aquella en la que…
Me podría pasar así
horas, y es que, aunque no te lo parezca, querido Omar del futuro, hemos
fracasado mucho, pero para fracasar, hay que intentarlo, y no todo el mundo
llega a intentar las cosas por miedo al fracaso. Tú eres un miedica. Un gato
asustadizo al que no le gusta fracasar pese a que tienes tu vida llena de
fracasos. Y pese a ser un cobarde, eres menos cobarde de lo que te crees, y
bastante menos de lo que la gente piensa.
Puede que llegue el día
en el que todo en tu vida sean victorias, y no vuelvas a fracasar. Yo, desde tu
pasado, quiero que nunca llegue ese día, pues significará que tu vida se ha
vuelto aburrida y monótona. Que no aprovechas las oportunidades, ni las creas.
Que has dejado de creer que lo imposible es posible y que buscas tener una vida
asegurada sin tener grandes sueños e ilusiones.
Seamos sinceros Omar.
Fracasas constantemente, pero de vez en cuando logras cosas importantes que te
deberían hacer sentir orgulloso de quien eres y confiado en que puedes
conseguir lo que te propongas. Y lo más importante, si fracasas es porque lo
intentas, y cuando lo intentas, ya quedas por encima de los que ni tan siquiera
lo probaron.
No se trata de ser el
mejor en algo pues siempre habrá alguien por encima de ti. Se trata de ser
mejor que tu yo del pasado y demostrarte que por mucho que fracases, no serás
un fracasado hasta que te rindas. Porque el verdadero éxito es tener el valor
de hacer las cosas aunque puedas fracasar en el proceso.
Ánimo Omar del futuro, y
recuerda. “Cree en ti mismo. No en mí creyendo en ti.
No en ti creyendo en mí. Cree en ti, solo por ti”.
Atentamente,
Omar del pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ya está el típico comentario troll...