domingo, 30 de agosto de 2015

Carta para mi yo del futuro

Querido Omar,
Puede que estés buscando una respuesta al por qué de tus fracasos y hayas recurrido a esta entrada de Blog en la que tu “yo” del pasado te habla, para de algún modo sentirte consolado.
Bien. Hablemos de tus fracasos a lo largo de la vida. Ciertamente has fracasado mucho. Incluso me atrevería a decir que eres de las personas que más veces ha fracasado de los de tu entorno. Si en el diccionario hubiese una foto en la definición de “fracaso” puede que los miembros de la RAE se moviesen para colar tu foto a modo de ejemplo. Desde pequeño, hasta al ser mayor, y de forma más repetida en la actualidad, los fracasos han formado parte de tu vida.
Y pese a todo esto, no eres un fracasado. Para ser un fracasado hay que rendirse al fracasar, y conformarse con un fracaso. Ese es el “fracasado”. En cambio tú has fracasado muchas veces pero has seguido adelante aunque no hayas tenido apenas posibilidades de tener éxito. Como la vez aquella que, con el hombro dislocado (el cual los médicos se sorprendieron que te hubiese durado tanto) conseguiste aprobar el examen de piscina después de aguantar 45 minutazos nadando pese a que te podrías haber esperado al curso siguiente tal y como te sugirió la profesora. O la vez aquella en la que suspendiste inglés en la selectividad y no paraste hasta conseguir el nivel FCE. O cuando tuviste que hacer un año sabático por no haber entrado en Enfermería en la primera convocatoria, y al año siguiente lograste entrar, acabaste la carrera sin que te quedase nunca ninguna asignatura y te graduaste con buena nota. O la vez aquella en la que, pese a no conseguir demasiado éxito en YouTube, hiciste el tutorial para pedir las becas, que a tantos estudiantes ha ayudado. O la vez en que te operaste el hombro y no te dejaron hacer prácticas, y después de saber cómo se sentía un estudiante discapacitado, acabaste consiguiendo que se aprobase un reglamento de evaluaciones para discapacitados en tu facultad. O la vez aquella en la que…
Me podría pasar así horas, y es que, aunque no te lo parezca, querido Omar del futuro, hemos fracasado mucho, pero para fracasar, hay que intentarlo, y no todo el mundo llega a intentar las cosas por miedo al fracaso. Tú eres un miedica. Un gato asustadizo al que no le gusta fracasar pese a que tienes tu vida llena de fracasos. Y pese a ser un cobarde, eres menos cobarde de lo que te crees, y bastante menos de lo que la gente piensa.
Puede que llegue el día en el que todo en tu vida sean victorias, y no vuelvas a fracasar. Yo, desde tu pasado, quiero que nunca llegue ese día, pues significará que tu vida se ha vuelto aburrida y monótona. Que no aprovechas las oportunidades, ni las creas. Que has dejado de creer que lo imposible es posible y que buscas tener una vida asegurada sin tener grandes sueños e ilusiones.
Seamos sinceros Omar. Fracasas constantemente, pero de vez en cuando logras cosas importantes que te deberían hacer sentir orgulloso de quien eres y confiado en que puedes conseguir lo que te propongas. Y lo más importante, si fracasas es porque lo intentas, y cuando lo intentas, ya quedas por encima de los que ni tan siquiera lo probaron.
No se trata de ser el mejor en algo pues siempre habrá alguien por encima de ti. Se trata de ser mejor que tu yo del pasado y demostrarte que por mucho que fracases, no serás un fracasado hasta que te rindas. Porque el verdadero éxito es tener el valor de hacer las cosas aunque puedas fracasar en el proceso.
Ánimo Omar del futuro, y recuerda. “Cree en ti mismo. No en mí creyendo en ti. No en ti creyendo en míCree en ti, solo por ti”.

Atentamente,

Omar del pasado.

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