domingo, 30 de agosto de 2015

El amor, los australopitecos y las vacas


Bien. Hoy tenía el body para hacer una entrada de blog, así que ahí va.
Una vez acabadas las prácticas de la carrera, que acabé en el departamento de investigación contra el cáncer del Instituto Catalán de Oncología, una vez presentado por 3era vez consecutiva al concurso de cortos TuPunto.org, una vez presentado el Trabajo de Fin de Grado al tutor y haber sido evaluado por él, faltando solo grabar un vídeo para adjuntar al trabajo, y encuadernarlo y entregar las copias, una vez superada la semana de Girona Temps de Flors, una vez acabada la simulación clínica con muñecos el caso de urgencias el cual he sido el único de la promoción al que se le ha muerto el paciente por un error informático, y con solo faltándome la defensa del TFG; POR FIN PUEDO DECIR QUE ME SIENTO LIBRE.
Hoy amigos vengo a hablaros del amor. Sí amigos, el amor. Esa sensación de apego a alguien o a algo que es tan propia de algunos animales. Sé que muchos estaréis sorprendidos que no vaya a hablar de la campaña electoral, ni de los toros, ni del aborto ni ninguna memez de esas. No. Hoy vengo a hablar del amor.
El amor puede ser eso que profesáis por vuestro querido o querida, eso que da un padre o madre a sus hijos, una simple relación de amistad, o incluso esas caricias que dais a vuestras mascotas. Eso es amor, amigas y amigos. Eso. Es. Amor.
Ahora que ya sabemos qué es el amor, analicemos por qué existe y qué comporta.
En un capítulo de Doctor House cuyo número no quiero acordarme, House decía que el amor era la excusa que tenían los Australopitecos para acompañar el uno al otro para que mientras uno bebía agua del río, el otro vigilaba los depredadores. Bien. Esto es una opción. No obstante si bajamos en lo que a volumen encefálico se refiere, vemos que hay otros animales que seguramente, con menos masa cerebral, también sentirán amor. Igual no como lo siente un ser humano y lo demuestra yendo al cine y llorando con Titanic, pero no creo que a una vaca le haga demasiada gracia que te comas a su ternerito.
Así pues, sabemos que el amor es una relación de apego que por las leyes de Darwin han posibilitado que los animales gregarios tiendan a sobrevivir más que los que van a su rollo y se la cascan de espaldas al mundo.
Y muchos (tampoco lee el blog tanta gente, pero ya me entendéis), diréis “wah, qué cabrón el Omar, se cree que todo es ciencia y el amor no lo explica tus conocimientos, así estás sin novia”. Bueno. Acabas de herir mi corazón, voz en OFF.
El amor, además de ser un argumento muy recurrente de película, también nos hace liberar Oxitocina, una hormona que vamos soltando cuando socializamos, además de la Feniletiamina y la Adrenalina. Esas hormonas influyen en el ciclo de la dopamina, la hormona que nos hace sentir placer (como cuando leéis este blog o os metéis rallas de coca con vuestros colegas en la disco que frecuentáis).
Así pues, amigos y amigas. Love is in the air. ¡Disfrutad de la vida, y recordad que vivir enamorado es vivir más!


PD: Si leéis esta entrada y no entendéis por qué la hago, os explico antes que saquéis conclusiones precipitadas. Sigo soltero por desgracia para el Universo. Amor se escribe con las mismas letras que “Roma”, “Ramo”, y “Omar”. Jaque mate, ateos. 

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