domingo, 30 de agosto de 2015

Las mujeres a fregar y los hombres a cazar.


Bueno, bueno, bueno. Apreciado lector que lleva semanas esperando una nueva entrada y que se encuentra con este título. Bienvenido de nuevo y perdón por la espera. Como verá usted, hoy hablaré de un tema muy y muy espinoso como es el machismo, el hembrismo, elfeminismo, el masculinismo, y toda esa bola de estiércol gigantesca que se usa para etiquetar a alguien cuyas ideas son tan hípsters y transgresoras que si no les pones un nombre, colapsas tu cerebro y produces una explosión supernóvica (palabra inventada en este post que significa “procedente o con las características de una supernova”).
Una vez hechas las presentaciones, vayamos al meollo del asunto.
A mí me han llamado machista en más de una ocasión y lejos de considerarme como machista, yo me considero humano (“ciudadano de un lugar llamado mundo” si queréis algo más bonito pero menos profundo). Lo que sí es cierto es que, más allá de cómo te consideren cuatro personas que no te conocen de nada más de lo que les quieres mostrar, soy de la firme creencia que uno es lo que cree firmemente que es y no lo que los demás creen que es.
Dicho esto, creo que considerarse a uno mismo como “feminista”, “masculinista” o cualquier cosa con unas características bonitas y amigables, es un poco creído por parte de esa persona.Es como si yo dijese que este blog es la hostia. Nadie dice que no lo sea, pero tampoco es mi papel como autor el decirlo. Dicho de otro modo, que tu madre te diga que eres muy guapo, no significa que tú vayas diciendo por ahí “joder, qué guapo que soy”.
Partiendo de este punto, creo en la igualdad entre hombres y mujeres en todos los sentidos y en todas las posibilidades. No entraré a analizar las diferencias físicas porqué eso da material para otra entrada, si no que me refiero más bien a nuestro papel en la sociedad. Sí amigos. Esa sociedad que discrimina a la mujer en su lugar de trabajo por el hecho de poderse quedar embarazada. Sí amigos, esa sociedad que en los anuncios de productos de limpieza siempre pone una mujer y rara es la vez que ponen un hombre (cosa que suele llamar la atención del espectador). Sí amigos, esa sociedad que da más tiempo de vacaciones a la madre para criar al hijo, que al padre (total, no lo has parido tú, no te quejes, eh, que vas de listo).
Pero como en este blog analizamos la sociedad desde su raíz, vayamos al tajo.
Partimos de una sociedad heteropatriarcal que… (y aquí vendría la crítica a la actual sociedad que os voy a ahorrar porqué la gente se llena la boca de paridas sobre el tema, y en realidad no tienen ni idea de antropología, ni saben de dónde venimos ni a donde vamos). La cuestión es, como en todo, los extremos. El extremo de procurar por el bien de los derechos de la mujer, es ponerlos por encima de los del hombre (hembrismo). El extremo de procurar por el bien de los derechos del hombre, es ponerlos por encima de los de la mujer (machismo). En medio, tenemos el feminismo y el masculinismo, que a mi entender, son dos caras de la misma moneda.
Una vez analizado, pensemos en las relaciones humanas. Heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad. Tres formas distintas de relacionarse en pareja en una sociedad que genera controversia alrededor de las relaciones homosexuales y bisexuales. Ahí, añadamos que la sociedad es machista con una tendencia al feminismo, cuya colisión genera masculinismo y ciertas partículas de hembrismo.
¿Ahora entendéis por qué me considero humano? Si es que todo es más fácil cuando te alejas de todo y lo miras desde fuera…

PD: Es evidente que los papeles  del hombre y la deben ser iguales en la sociedad. Eso de que las mujeres saben hacer más de una cosa a la vez me parece tan hembrista, como machista la publicidad de los Reyes Magos que promueven que los niños jueguen a fútbol y las niñas a muñecas. ¿Acaso no hay hombres y mujeres pianistas que con una mano tocan unas notas y con la otra, otras?

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